Es absolutamente indignante: Casi todo el plástico que se ha producido todavía existe – y la mayoría de las tapas de botellas, encendedores, carcasas de lapiceras, bolsas y botellas plásticas terminan en el océano, donde la acumulación de estos residuos forman una gran masa de tornados en los océanos de nuestro planeta. Los giros o tornados marinos siguen girando hasta que el plástico dentro de ellos se va rompiendo en pedazos cada vez más pequeños, pero nunca desaparecen por completo.
Según el Centro Nacional de Información Biotecnológica de EEUU, “el plástico no es biodegradable, pero bajo la radiación solar UV, los plásticos se pueden degradar y fragmentar hasta formar partículas muy pequeñas llamadas micro plásticas”. La gran mayoría de estas partículas (aproximadamente el 70 por ciento de ellas se hunden) llegan al fondo marino que en un futuro formarían una capa plástica con la cual los geólogos se toparán. Otros plásticos terminan siendo islas o comidas para las abejas.
La escala de nuestra adicción por el plástico – una sustancia necesaria, y barata que es fácilmente desechable – es enorme y está creciendo, a pesar de la prohibición de uso de bolsas plásticas y las organizaciones que se preocupan de limpiar las playas. Parece que fuera un problema sin solución, sobre todo porque la gran mayoría del plástico contaminante es acarreado por al aguas lluvias o se vuelan desde los vertederos hasta el océano, y ninguno de los dos problemas está siendo abordado en el corto plazo. La contaminación por plásticos puede ser especialmente grave en países donde tienen carencia de las necesidades básicas de higiene (olvídate del reciclaje) y donde la gente está preocupada por vivir el día a día que de reciclar (y es comprensible).
Afortunadamente, la nueva empresa Plastic Bank, ha creado un sistema completamente inteligente en donde resuelve ambos problemas: hacer que las personas se preocupen del plástico y al mismo tiempo ayudarlas a salir de la pobreza producto de esta acción. La premisa básica es que la empresa les paga a las personas- en comida o ropa que después pueden vender, en préstamos de financiación para transformarlos en microempresarios o hasta dejar que ellos fabriquen lo que necesitan con impresoras 3D, a cambio de plástico recolectado. El esquema no sorprenderá a nadie que haya visto el documental de colectores de envases, “Redemption”, una vez que le entregas valor a algo que antes pensabas que era basura, las personas se organizan a su manera y generan sistemas de recolección y clasificación de ésta para luego ser recompensados.
El cofundador Shaun Frankson explica: “Casi la mitad del planeta vive en calidad de pobreza. Se producen más de 300 millones de toneladas de plástico cada año, y de éstos, 7 millones terminan en el océano. Cómo puede suceder algo así? Cuál es la verdadera razón? Podemos encontrar partes del planeta en donde las personas botan basura plástica en las calles y las dejan en las caídas de agua. El plástico no es basura, el plástico puede ser reciclado. Estamos asociados con compañías que nos permiten reciclar todo tipo de plástico. Plastic Bank es recopilación, intercambio general e intercambio por impresión 3D.
Porque resulta que libra por libra, el plástico es más valioso que el acero – ¿quien iba a saber?
El problema es que para poder reciclar el plástico, este debe ser separado pro los diferentes tipos que existen, que es todo lo contrario que pasa cuando llegan al ecosistema del océano: tal como señala David Kats, de Plastic Bank, en el siguiente video, hay playas en el mundo en donde tienen más plástico que arena- para poder enfrentar esta situación, se necesitan personas que ordenen nuevamente. Esta organización se va a llevar a cabo en las instalaciones del Plastic Bank , en donde se realizará la clasificación y reciclaje en lo países en que el proyecto se basa, el primero es Perú.
¿Por qué no pagamos dinero en efectivo a las personas? Frankson dice que el problema es la corrupción. Pero también es por el concepto de la compañía que es “plástico social”, que suena como una ventaja competitiva por sobre otros tipos de plásticos reciclados- por lo menos desde el punto de vista del marketing para las empresas que lo compran.
“No es solo recolección de plástico. Es… plástico social. El plástico social es cualquier plástico recolectado por personas pobres en playas, océanos y caídas de aguas lluvias, que lo hacen para obtener recompensa” dice Frankson. “por lo tanto las compañías no solo reciclan plástico, si no que plástico social, ya que ayuda a una personas a salir de la pobreza”.
¿Qué es lo que hacen con todo el plástico? Hay muchas cosas útiles que se hacen de éste, dando lugar a un ciclo que conecta el valor económico real del plástico, en vez del poco valor que tienen gran parte de ellos actualmente. Plastic Bank quiere lograr que “el plástico sea tan valioso que no lo podrán botar,” y sugieren que es la única forma sustentable (sin mencionar lo efectivo y el empoderamiento) de hacer que el plástico no llegue al océano. De acuerdo a su sitio, “A medida que los consumidores empiecen a demandar el uso del plástico reciclado en los productos que consumen, el valor del plástico del océano va a aumentar. Mientras más aumente el valor del plástico del océano a nivel mundial, menos plástico será desechado.”