Por Romina Bevilacqua
1 junio, 2015

El mundo necesita un cambio y tú lo sabes. Así que ¿por qué no comenzar por lo que compras?

Si todos fuéramos más conscientes de los productos que adquirimos, tendríamos una gran influencia en cómo se trata al medio ambiente al momento de producirlos. El problema es que muchas veces resulta difícil conocer la procedencia y formas de producción de algo, a menos que nos propongamos informarnos exhaustivamente o que nos tomemos un poco más de tiempo –y estemos dispuestos a gastar un poco más– en encontrar aquellos productos orgánicos y sustentables etiquetados y los compremos.

Eso es lo que en conecto tenían en mente cuando crearon un espacio de encuentro entre productores, distribuidores y consumidores para conocer el origen de ciertos productos –y sus productores– además de facilitar a los consumidores el trabajo de encontrar bienes de consumo sustentables, ecológicos o ambientalmente responsables.  Aunque por el momento trabajan con pocos proyectos que van desde un hotel ecoturístico en la selva, hasta la pesca sustentable de langostas o la producción de un chicle 100% orgánico y biodegradable, sólo imagina lo mucho que podríamos ayudar al mundo si este tipo de iniciativas se volviera más popular y abarcara más proyectos y locaciones en el mundo.