Este increíble descubrimiento tiene un tamaño 12 mil millones de veces más grande que nuestro sol.
Decir que estaban asombrados es poco, sobre todo porque este equipo de astrónomos descubrió la estrella más grande observada de nuestro tiempo, según señaló el estudio publicado en la revista Nature que anunció la buena noticia. Los astrónomos encontraron un cuásar ultra luminoso con un agujero negro de gran masa del universo temprano, que existe desde 900 millones de años después del Big Bang. Lo más impresionante de todo es que este hoyo negro tiene unas dimensiones que equivalen a 12 mil millones de veces el tamaño de nuestro sol.
Los agujeros negros de gran masa –como el que se encuentra en el centro de nuestra galaxia– se agrandan al acumular material de sus alrededores en un disco de almacenamiento, liberando energía que podemos ver como objetos brillantes llamados cuásares. Un gran equipo internacional liderado por Xue-Bing Wu de la Universidad de Pekín llevó a cabo un estudio de este tipo de objetos luminosos y distantes usando data del Sloan Digital Sky Survey, el Two Micron All-Sky Survey, y el Wide-field Infrared Survey Explorer.
El inusual cuásar es increíblemente brillante y fue nombrado SDSS J0100+2802 (visto arriba), además es 420 billones de veces más luminoso que el sol y es siete veces más grande que el cuásar más distante conocido. “Al igual que el faro más brillante en el universo distante, su luz nos ayudará a explorar más del universo temprano”, dijo Wu en un comunicado de prensa. Se descubrió en un acercamiento hacia el rojo de z=6,30 y a una distancia de 12,8 mil millones de años luz de la Tierra. Mientras más alto es el acercamiento hacia el rojo, más atrás está en el tiempo: hasta ahora, sólo conocemos 40 cuásares con un acercamiento más alto de 6, lo que marca el principio del universo temprano.
Se piensa que las galaxias y sus agujeros negros de gran masa se formaron juntos en los principios del universo. Que este agujero recientemente descubierto creciera tanto en una cantidad (relativamente) corta de tiempo, y sin fusionarse con otros agujeros, va en contra de nuestras teorías de crecimiento de agujeros negros durante esos tiempos. “Este cuásar es una oportunidad única para estudiar la manera en que el agujero negro de éste y su galaxia de origen co-evolucionan”, dice el coautor del estudio Yuri Beletsky del Instituto Carnegie. “Nuestros descubrimientos indican que en el universo temprano, los agujeros negros de los cuásares crecían más rápido que sus galaxias de origen, aunque se necesita más investigación para confirmar esta idea”.
Visto en: IFLScience