Por Romina Bevilacqua
27 enero, 2015

Es difícil imaginar el mundo de hoy sin energía eléctrica. Un sinfín de aparatos electrónicos como computadores, celulares, lavadoras y refrigeradores funcionan gracias a ella, sin mencionar lo más importante: la iluminación. Las ciudades funcionan las 24 horas del día gracias al suministro de la energía y cuesta mucho mantener esa producción. Además en el mundo el 20% de la energía se destina para iluminar, y la tecnología del tradicional foco incandescente no ha tenido mejoras significativas desde que se crearon los originales a fines del siglo XIX.

Pero todo esto podría estar a punto de cambiar gracias a las luces LED. Si bien este diseño existe desde los años 60′, recién hoy está abarcando la atención y entusiasmo que se merece. La gran ventaja que traen las luces LED es que podrían reemplazar a la gran mayoría de los focos de filamentos instalados en las ciudades y disminuir el consumo de energía eléctrica sin perder calidad en la iluminación.

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Espectáculo de iluminación en el Jardín Botánico de la isla de Nagashima en Kuwana, Japón.

Mientras que los focos de luz incandescente sólo convierten el 10% de su energía en luz, ya que el resto se pierde como calor, las luces LED se valen del mundo de la mecánica cuántica. Dentro de las luces hay dos capas de un material especial hecho de semiconductores. Una capa contiene muchos electrones energéticos y la otra está llena de huecos, que realmente son enlaces químicos entre átomos rotos. Cuando se conecta un LED a una batería, los electrones y los huecos fluyen hacia el lugar en el que las dos capas del semiconductor se unen. Apenas un electrón se encuentra con un hueco en esa región, cae en él, y repara el enlace químico. En un destello, libera la energía que estaba usando para moverse en forma de luz brillante –esto ocurre de forma constante–.

De esta forma, su generación de luz es mucho más eficiente ya que la conversión energética se da con mucho menos pérdida en forma de calor como ocurre con las bombillas incandescentes tradicionales, por lo tanto gran parte de la energía pasa a la producción de luz –y no se pierde en el calor–. Además gracias al desarrollo de nuevos tipos de conductores, los científicos están mejorando constantemente su diseño, de manera que en unos pocos años podrán ser 10 veces más eficientes que los focos de luz incandescente de la misma brillantez.

¿Cómo iluminan nuestra vida?

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Aunque no lo creas, las luces LED ya están presentes en varios aparatos que utilizas a diario.

Alumbrado público: Ya existen ciertos lugares donde se ha optado por luces LED para el alumbrado público. Algunos de sus beneficios son que se ahorra en energía y los postes con luz LED producen una luz blanca direccional en vez del brillo amarillo de las lámparas de sodio tradicionales. Eso no sólo puede ser más atractivo estéticamente sino que ayuda a reducir la polución lumínica en el cielo y en los hogares.

Faros del coche: Generalmente las luces traseras, las de frenar y las interiores de los autos ya usan LED. Su capacidad de prenderse casi inmediatamente es una gran ventaja cuando el tiempo de reacción es un aspecto crítico. Además mientras una luz delantera halógena común usa hasta 65 watts, un led equivalente necesita sólo 15 watts.

Pantallas TV: Uno de los primeros usos masivos de los LED fue en las televisiones y las pantallas de las computadoras, en los años 90′. Las pantallas LCD iluminadas con LED generalmente usan entre 20% y 30% menos energía que las tradicionales.

Luces: Una buena forma de ahorrar en electricidad en el hogar, es reemplazar las bombillas normales por LEDS. Por ejemplo una bombilla incandescente de 60W puede reemplazarse por una lámpara fluorescente compacta (LFC) de 12W o una luz led de 10W. Además de ahorros en las cuentas de electricidad, los ledes duran más, producen luz ‘cálida’ o ‘fría’ y, a diferencia de las LFC, no contienen mercurio tóxico. No obstante, por el momento, los LEED son más costosos que las otras opciones.

Cultivos: La mayoría de los productos agrícolas en el mundo se cultivan al aire libre, pero algunos productores están empezando a cultivar bajo techo, en pos de la eficiencia: pueden mejorar el rendimiento y reducir el uso de agua y fertilizadores. El costo de las luces fluorescentes es tan alto que las granjas cubiertas están empezando a emplear luces LED, entre ellas, la ‘granja’ más grande del mundo en Japón, que usa 17.500 ledes para cosechar 10.000 lechugas al día. Además de ahorrar energía, los LED generan menos calor así que pueden ponerse más cerca, lo que permite que las plantas crezcan juntas en espacios reducidos.

Visto en: BBC

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