Por Romina Bevilacqua
27 octubre, 2014

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Bryan Pijanowski ha pasado años recorriendo el globo e instalando micrófonos en todos lados desde la selva de Borneo y Costa Rica hasta el desierto de Sonora y las calles de Chicago. Sus viajes son parte de un ambicioso proyecto en el que grabará cada sonido que emite el planeta.

Pronto, los sensores de Indiana estarán en línea y su colección de micrófonos grabará océanos, canciones de aves, insectos, animales, el tráfico y todo sonido en la Tierra durante un año. Pijanowski, un “ecologista del paisaje sonoro” de la Universidad de Purdue, estudia cómo los sonidos del ambiente interactúan y él cree que escuchar al mundo nos puede entregar claves sobre el cambio del mundo natural.

En el día de la Tierra de este 2014 él lanzó el Proyecto Global de los Paisajes Sonoros e instó a miles de personas para grabar su medio ambiente con la aplicación para Smartphone, Grabadora del Paisaje SonoroDice que el acumular estos archivos de audio año tras año permitirá a los científicos escuchar patrones y medir cambios en el medio ambiente.

Pijanowski no es el primero en estudiar la naturaleza a través de sus sonidos. Durante los años 60′, el músico Bernie Krause comenzó a grabar el mundo natural para ser usado en películas y posteriormente fundó Santuario Salvaje, una organización que graba y archiva los paisajes sonoros del planeta.

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A medida que Krause escuchaba estos paisajes sonoros, descubrió que había un orden en ellos. Los pájaros con cantos más cortos calzaban sus sonidos entre medio de los pájaros con cantos más largos. Los insectos alternaban sus estridulaciones de manera de no ahogar los sonidos de otros insectos.

Sus observaciones lo llevaron a la hipótesis de que los animales evolucionan para ser oídos por sobre los sonidos naturales como tormentas y ríos, tanto como por sobre los sonidos hechos por el hombre y se preguntó si las disrupciones causadas por la deforestación, la contaminación y las especies invasoras podrían ser escuchadas en un área del paisaje sonoro.

Él puso a prueba esta idea en 1988 grabando los sonidos de un bosque en Sierra Nevada durante todo un año. Durante ese tiempo, el área fue conectada en forma selectiva y el paisaje sonoro de Krause se hizo virtualmente silencioso.

Desde entonces, los investigadores han continuado expandiendo las ideas de Krause y han monitoreado los sonidos de todo tipo de paisajes imaginables, desde las montañas hasta los océanos. Pijanowski dice que a través del tiempo, escucha cambios en estos paisajes sonoros debido a los efectos del cambio de clima.

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A medida que aumenta la temperatura de la Tierra, algunas especies se mueven a zonas más tibias y suman sus propios sonidos al paisaje sonoro. Los cambios de temperatura estimulan a los insectos a emerger antes y a sumar sus sonidos al mundo en períodos en que no fueron oídos previamente.

Pero para monitorear estos cambios, Pijanowski debe, primero, captar los sonidos de la Tierra como están hoy. Una vez que ha recolectado el sonido terrestre de un año, un algoritmo lo clasificará y los ecologistas serán capaces de estudiar estos paisajes sonoros variados y buscar cambios.

Stuart Gage, un ecologista que trabaja con Pijanowski, compara el trabajo de un ecologista del paisaje sonoro con el de un médico con el estetoscopio. “Un médico puede usar el estetoscopio para decir diez cosas diferentes sobre tu corazón”, explicó a The Verge. “Nosotros estamos poniendo el estetoscopio a la naturaleza. Estamos escuchando el latido del corazón del medio ambiente, ya sea de una ciudad o de un bosque, es el latido del corazón de la biósfera”.

En el video, escucha el paisaje sonoro de un día completo en el Área Silvestre de Purdue, en Tippecanoe County, Indiana:

httpv://youtu.be/7PB65l9c8NM

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