8 sorprendentes cosas que deberías saber sobre las nutrias marinas, una especie en peligro

fotografía de Michael L. Baird.

Las nutrias de mar son todo un espectáculo para la vista cuando tienes la oportunidad de verlos en su ambiente natural: nadan serenamente de espalda, hacen piruetas en el agua, utilizan piedras para martillar los caparazones de los mariscos y se envuelven en algas para evitar que se las lleve la corriente mientras duermen su siesta. Pero lamentablemente, estos animales son una especie en peligro de extinción debido a la masiva disminución de sus poblaciones, que según la IUCN han sufrido un declive de más del 50% en los últimos 30 años.

Si la mayor amenaza de las nutrias marinas en el pasado fue la caza indiscriminada para obtener su piel, hoy se suman a a su caza los problemas contemporáneos como la contaminación de los océanos, los derrames de petróleo, la interacción con las pesquerías o pesca –y sus redes–, su depredación y las enfermedades.

Aquí te mostramos algunos datos que deberías saber sobre las nutrias de mar:

1. Ellas y el medio ambiente

Las nutrias marinas juegan un rol importante en su entorno y por lo mismo lo que ocurra con ellas tendrá un gran efecto en otras especies. Como depredadores, son muy importantes para mantener el balance de los ecosistemas costeros y las algas. Sin las nutrias de mar, los demás animales marinos a los que ellas cazan se multiplicarían y devorarían los bosques de macroalgas o bosques de kelp, que proveen de refugio y alimento a muchos otros animales marinos. Para llevarlo a ejemplos concretos, las nutrias de California por ejemplo se alimentan de animales como los cangrejos y ayudan a controlar las poblaciones de erizos. Si no hubieran nutrias, el número de erizos podría dispararse, lo que provocaría una importante disminución en la cantidad de algas.

Además las nutrias marinas ayudan a reducir los niveles de dióxido de carbono –gas invernadero– ya que los bosques de kelp juegan un rol importante al momento de capturar carbon en los ecosistemas de la costa.


2. Caza furtiva

Fotografía de Jeff Foot, Alaska Stock LLC, National Geographic

El comercio de pieles diezmó la población de nutrias de mar a partir de la década de 1700 y con el tiempo exterminaron la mayor parte de su área de distribución histórica. La población de nutrias alguna vez se extendió desde Japón, pasando por Rusia y Alaska, hasta llegar a Baja California. Ahora dos subespecies habitan las costas de las Islas Kuriles en Rusia hasta las Islas Aleutianas y hasta la parte baja del estado de Washington, mientras que la tercera de ellas vive en las afueras de California –existe otra especie de nutria marina en las costas sudamericanas del océano Pacífico: Lontra felina, que también se encuentra amenazada–.

Las campañas de sensibilización (tales como la semana de la nutria), buscan educar ala gente acerca de estos animales y las formas en que todavía necesitan de nuestra ayuda.


3. Nutria marina de California

Fotografía de Pat Hathaway, National Geographic

A comienzos de 1900, se pensaba que la nutria marina de California se había extinguido. Sin embargo, en la década de 1930 ( en la fotografía), la gente empezó a ver a un pequeño grupo de nutrias cerca de Big Sur. Algunos recuentos de población revelaron unas 50 nutrias a lo largo de la costa central de California, dice Michael Harris, un biólogo de nutrias marinas del Departamento de Peces y Vida Silvestre de California que tiene su sede en Morro Bay, cerca de San Luis Obispo. “Ellos formaron la población de padres que tenemos hoy en día“, dice.


4. Los primos del Norte

Fotografía de Roy Toft, creativo de National Geographic

La nutria marina del norte, que se muestra aquí en la isla de Kodiak, Alaska, está en una mejor situación que la nutria marina del sur, dice Harris. Esto se debe en parte a que las nutrias del norte tienen más espacio para expandir su población. Todas las islas, rincones y grietas a lo largo de las costas de Alaska y British Columbia pueden albergar a muchas más nutrias de mar que California. Las nutrias del sur fuera de California, sólo pueden expandirse hacia el norte o hacia el sur de la costa.


5. Ataques

Fotografía de David Doubilet, National Geographic Creative

Otra razón por la que las nutrias marinas del sur (como la que se muestra en esta fotografía buceando en un bosque de algas a las afueras de Monterey, California), están luchando para hacer crecer sus poblaciones es el gran tiburón blanco, dice Harris. “Los últimos diez años, el mayor impacto a la población de California ha sido la mortalidad relacionada con ataques de tiburones blancos“. “No tenemos evidencia de que los tiburones blancos coman nutrias de mar”, explica Harris. Pero cuando vienen a investigar a las pequeñas bolas de pelo, los tiburones dan una rápida mordida de prueba. Por desgracia, esa mordedura puede causar la muerte de las nutrias, aclara Harris.

Las grandes mordeduras de tiburones blancos están teniendo un impacto perjudicial sobre las nutrias del sur, dice Harris. “De hecho, eso es lo que está afectando el crecimiento de la población de nutrias en California”. Según Harris, las nutrias marinas han sufrido ataques de tiburones blancos desde que los biólogos comenzaron a llevar registros en la década de 1960. Sin embargo, los incidentes han aumentado en los últimos diez años más o menos.  Muchos investigadores creen que el aumento de estos ataques ha sido impulsado por un aumento en el número de tiburones blancos a las afueras de California, cuenta Harris. Los tiburones icónicos han sido protegidos en el estado desde la década de 1990, por lo que la población de sus presas, tales como leones marinos y focas, está en auge. “Todo esto ayuda al crecimiento de las poblaciones de tiburones blancos”, dice.


6. Son muy inteligentes

Es usual ver a las nutrias con sus manos ocupadas, pasan la mayor parte del día alimentándose ya que deben consumir alrededor del 25% a 38% de su peso corporal al día. Pero lo mejor es que cazan con gracia sus presas y verlas comer es todo un espectáculo. Son uno de los pocos mamíferos que utilizan herramientas, muchas veces usan piedras para golpear la caparazón de los cangrejos o corazas de los erizos de mar. Giran sobre su espalda, ponen la piedra sobre su pecho y luego golpean a su víctima con la roca hasta que logran abrirla para comerla.


7. Son buenas madres

Las crías de las nutrias en un principio no pueden sumergirse ya que su piel atrapa tanto aire, que las hace flotar. Así que mientras la madre le busca comida, muchas veces deja a la cría flotando en la superficie cubierta de algas marinas. Según National Geographic, investigaciones recientes han demostrado que las madres gastan tanta energía tratando de mantener a sus bebés alimentados que arriesgan su propia supervivencia. Las hembras con crías gastarán energía equivalente a aproximadamente el 133% de su masa corporal en su intento por alimentar a esas bocas hambrientas. Para mantenerse al día con la demanda, las mamás deben alimentarse cerca de 14 horas al día, el resto del tiempo lo pasan acicalando a sus bebés.


8. Son expertos acicaladores

Acicalarse no es tarea fácil, ya que tienen la capa de piel más densa de todos los animales de la Tierra –alrededor de 160.000 pelos por cm2–. Las nutrias no tienen una capa aislante de grasa para mantener el calor, en cambio tienen una gruesa capa de piel que les ayuda a mantener el frío a raya. La capa externa de su piel cuenta con un pelaje resistente y protector, mientras que la capa interna está formada por pelos más lanudos y densos que forman nudos y bolsas de aire. Ambas capas se complementan para mantener el calor del cuerpo de una nutria tanto dentro como fuera del agua.  El petróleo y otros contaminantes pueden destruir las propiedades aislantes de la piel de una nutria, dejando al animal vulnerable a la hipotermia.

Fuentes: National Geographic, IUCN Enhydra lutris, IUCN Lontra felina, Defenders.org