Este artículo fue originalmente escrito por la bloguera Foxy Wine Pocket, basándose en su historia personal.
Hago y digo muchas cosas ridículas y en general a la gente no le parece extraño. Pero cuando salgo a pasear a mi perra pit bull, me observan de la forma más extraña. La gente me mira, baja la mirada a mi pit bull y luego otra vez a mí con confusión, disgusto, miedo o una mezcla de las tres.
Los pit bulls tienen mala fama y la verdad, no se lo merecen. Son la gente que entrena a los pit bulls (y a otras razas) para que sean agresivos los que se merecen esa fama, las miradas feas (y en varios casos, ir a la cárcel).
Me seguirán mirando feo cuando pasee a mi perro. Pero no importa, prefiero pasar tiempo con un pit bull que con la mayor parte de la gente. Estas son algunas de las razones:
1. Los pit bulls son inteligentes
Mi pit bull es prácticamente más inteligente que yo. Ignora el caos a su alrededor y vuelve a dormir tan pronto como los niños se van al colegio. Con sólo una mirada o un gesto sabe cuándo es hora de salir a caminar, comer o jugar. Intenta hacer eso con una mujer. Rara vez entenderás lo que piensa.
2. Los pit bulls son amorosos, no peleadores.
Mi perra no tiene rigidez en la mandíbula y no es agresiva por naturaleza. Los perros que se portan mal son producto de los humanos que no saben educarlos. Lo normal es que quieran cariño y por lo mismo tratar de complacerte todo el tiempo. Lo mejor que les puede pasar, es que les permitas acurrucarse contigo. ¿Cuándo fue la última vez que tu esposo hizo eso?
3. Los pit bulls saben perdonar
Por lo que tengo entendido, nuestra perra fue encerrada en un patio, ignorada y usada sólo para la crianza en su pasado. Le da miedo el agua, los palos, las botellas y una variedad de otras cosas, de las que no quiero imaginar las potenciales razones. Sin embargo, ella no deja que eso la defina. No tiene rencores contra los humanos y tampoco los ve como un estereotipo. Lo que es mi caso, aun no perdono a mi esposo por comerse mi pan hace casi 20 años atrás. Es mejor ‘persona’ que yo.
4. Los pit bulls están dispuestos a todo
Tan sólo dilo y mi perra dormirá una siesta, jugará a la pelota, hará un nuevo amigo o incluso saldrá a correr conmigo. (Bromeo, sólo corro cuando me persiguen los zombies, e incluso en ese escenario, creo que sólo caminaría rápido). Uno de mis perros adoptados incluso salía a caminar usando un tutú color fucsia. No le preocupa lo que la gente pudiese pensar de ella. Tan sólo le gustaba hacer a los demás sonreír.
5. Los pit bulls limpian pisos
Puedo botar lo que sea en el piso y no necesito sacar la escoba o el trapero. Mi pit bull se encarga del desastre en un instante e incluso deja brillantes las baldosas. Lo cierto es que mi esposo no lo haría.
6. Los pit bulls cuidan a los niños
Existe una razón por la cual a los pit bulls se les llama ‘Perros Niñera’, y mi perra no es la excepción. Nos ama, nos cuida y se mantendrá a nuestro lado incluso si eso significa perderse un paseo o no salir a jugar. Me gustaría que las personas fueran tan leales, amorosas e incondicionales.
7. A los pit bulls les encantan las fiestas
Mi perra no reclama cuando hay que ir a visitar a la familia. No se queja cuando tiene que compartir con personas que no conoce. Acepta a todos los que vienen a nuestra casa y se sentará en tus piernas si la dejas. Ah y ¿mencioné que mantiene el piso limpio? Eso también corre para los muebles. La próxima vez que vayas a una fiesta, intenta ser así de cálido, acogedor y servicial con todos los que conozcas.
8. A los pit bulls les encanta dar abrazos
No hay que decir nada más.
A medida que escribo esto, mi dulce pit bull duerme a mis pies. Me sigue feliz por la casa hasta que es hora de su caminata. En ese momento se obsesiona con los olores de los otros perros. Es lo único que no me gusta tanto de ella.
Post data: Podría decir esto mismo de cualquier raza de perros, pero hoy defiendo especialmente a los pit bulls, en honor a mi perrita.
Visto en: Foxy Wine Pocket