Por Romina Bevilacqua
2 enero, 2015

Si se cumplen las predicciones de los expertos sobre los aumentos de temperatura y nivel del mar, estos son algunos de los hermosos monumentos en los que peligra tu oportunidad de visitarlos.

1. Monumento Nacional Estatua de la Libertad, Nueva York, EE.UU

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La Estatua de la Libertad y la Isla de la Libertad –el lugar de 14 acres de terreno en el que se encuentra la estatua– están peligrosamente expuestas a distintos elementos. En octubre del año 2012, Lady Liberty (dama de la libertad) quedó ilesa tras la marejada del huracán Sandy, pero el 75% de la isla se inundó. “Fue una destrucción total: las ventanas reventaron, las puertas simplemente explotaron”, dijo David Luchsinger, superintendente de la estatua. Aunque la Gran Manzana logre esquivar otro huracán de la envergadura de Sandy antes del año 2100, un informe publicado en la revista Environmental Research Letters concluyó que 750 sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO, incluyendo la estatua francesa, podrían ser inundados por el aumento del nivel del mar inducido por el cambio climático, a menos de que se tomen medidas de defensa contra las inundaciones. “Es relativamente seguro decir que vamos a ver los primeros impactos en estos sitios en el siglo 21”, dijo el autor principal Ben Marzeion a The Guardian.


2. Parque Nacional de los Glaciares, Montana, EE.UU

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El Congreso estableció el Parque Nacional de los Glaciares en mayo de 1910. En ese momento, el parque fue el hogar de más de 150 glaciares. Hoy en día sólo quedan 25 y los que quedan son fragmentos de los gigantes que se han derretido. Con el aumento de las temperaturas debido al cambio climático, los científicos predicen que el parque podría quedar sin glaciares el año 2030.


3. Venecia, Italia

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Una vez un guía turístico describió a esta ciudad como “el único lugar en el planeta que todos deben ver para no creer”. Venecia, Italia, una ciudad de 118 islas unidas por 409 puentes, que ahora se inunda más de 100 veces al año. ¿La razón? Una combinación del cambio de clima que ha inducido el aumento del nivel del mar, y el hundimiento gradual de la ciudad. Desde 1727, los pantanos en los que descansa la Ciudad del Agua han descendido 60 centímetros.
Pero los funcionarios de la ciudad están tomando medidas para este sombrío pronóstico. MOISÉS, un sistema de barrera de agua de $ 7,3 mil millones de dólares, pasó su primera prueba pública en octubre de 2013, cuando cuatro de las compuertas del sistema se elevaron y desviaron con éxito la alta marea que acechaba a la ciudad. Cuando el proyecto de ingeniería masiva se complete en el año 2016, un total de 78 barreras móviles salvaguardarán la ciudad de la acqua alta (italiano para “agua alta”) durante los próximos cien años.


4. Parque Nacional Joshua Tree, EE.UU

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El reloj no se detiene respecto al tiempo que le queda al Parque Nacional Joshua Tree en California para ser el hogar de la yuca. Un estudio del año 2011 publicado en la revista Ecological Applications, utilizó modelos climáticos para pronosticar que el árbol del desierto podía ver su área de distribución histórica reducida drásticamente durante el año 2100. “Los que ya están establecidos pueden persistir durante 150 años”, dijo Ken Cole, un ecologista del Servicio Geológico de EE.UU. y autor principal del artículo. “Pero aproximadamente un 90% de su gama actual, no podrá sobrevivir“, agregó. La razón de la mortandad es sencilla: el árbol de José (traducción para Joshua Tree) y la polilla de la yuca son co-dependientes, no puede sobrevivir una sin la otra. “Las larvas de la polilla dependen de las semillas de la planta de yuca para su alimentación, y la planta de yuca sólo puede ser polinizada por la polilla de la yuca”, informa The Nature Conservancy. Y debido al cambio climático, la temperatura será muy elevada para que la polilla pueda sobrevivir en el desierto del suroeste del siglo XXII, por lo que el polinizador se verá obligado a emigrar al norte para encontrar un hogar más fresco.


5. Monumento Nacional Ferrocarril Subterráneo de Harriet Tubman, Maryland, EE.UU

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Para preservar los pantanos de Chesapeake Bay que Harriet Tubman alguna vez usó para guiar a los esclavos hacia el norte y hacia la libertad, el presidente Obama designó el área como monumento nacional en marzo del 2013. Sin embargo, como una filial local de CBS señaló en su momento, “ni siquiera una proclamación presidencial” puede detener a la madre naturaleza. Si bien el aumento del nivel del mar causado por el cambio climático es un problema a nivel mundial, éste se agrava en la región de Chesapeake ya que sus pantanos se están hundiendo al mismo tiempo. Un estudio reciente reveló que los niveles de agua en la bahía, que es el estuario más grande de EE.UU., aumentaron en más de 30 centímetros en la década de 1900 y podrían aumentar hasta más de un metro para el año 2100. “El mar está llegando, creo que podemos ganar un par de años más, pero no una cantidad sustancial de tiempo”, dijo un historiador local.


6. Gran Barrera de Coral, Australia

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Suficientemente grande como para ser vista desde el espacio, la Gran Barrera de Coral contempla a más de 2.900 arrecifes individuales y 900 islas, y se extiende por más de 1.600 kilómetros a lo largo de la costa noreste de Australia. Desde 1985 tres amenazas diferentes han erradicado a la mitad del coral en este sitio considerado Patrimonio Mundial por la UNESCO: aumento de los niveles de acidificación de los océanos; la estrella de mar corona de espinas, que mata a los corales con una neurotoxina mortal; y el aumento de la temperatura de los océanos, lo que causa la decoloración de corales (el coral puede sobrevivir a un evento de blanqueamiento, pero eso provoca un mayor nivel de estrés, por lo tanto aumenta las posibilidades de muerte). David Curnick, un experto marino de la Sociedad Zoológica de Londres, dijo a The Guardian el año pasado que el futuro de los arrecifes “recae en la respuesta mundial respecto a la reducción de emisiones de dióxido de carbono”.


7. Faro del Cabo de Hatteras, Carolina del Norte, EE.UU

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Entre los años 1870 y 1999, la costa de Carolina del Norte, Outer Banks, erosionó casi 430 metros, lo que obligó al Servicio de Parques Nacionales a reubicar el famoso faro del Cabo Hatteras en 1999. En un evento conocido como el “movimiento del milenio”, los ingenieros montaron el faro de una base de acero hecha a medida para sacar a la estructura, de entonces 129 años, del mar. A la maquinaria hidráulica le tomó 45 segundos empujar el faro sólo un metro y medio de distancia, y todo el movimiento de 893 metros duró 23 días. Hoy, el faro se encuentra a más de un kilómetro del océano, una distancia que lo mantendría seguro por ahora. Si el cambio climático provoca que todo el hielo en la Tierra se derrita, como se así lo muestra un reciente documento interactivo de National Geographic, toda la costa de Carolina del Norte estaría bajo el agua.

Visto en: Take Part

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