7 cosas que puedes hacer para evitar los alimentos procesados en tu dieta

Aditivos, químicos y modificaciones genéticas. Estas son algunas de las cosas a las que te expones cuando consumes estos alimentos. 

Hay un problema generalizado en la dieta promedio de las personas: cada vez son más los que tienen sobrepeso, pero a la vez están malnutridos. Estamos comiendo más alimentos procesados que nunca antes y eso nos está afectando, y mucho. Los alimentos que han sido procesados están nutricionalmente empobrecidos. Están cargados de calorías adicionales, químicos y peligrosos aditivos. La mayoría de los alimentos procesados también contienen azúcares, sales y grasas agregadas y, en su gran mayoría, ahora los alimentos procesados contienen ingredientes genéticamente modificados.

Si entras a un supermercado y prestas atención a lo que ves, probablemente notarás que la gran mayoría de producto son procesados. Las decisiones que tomes hoy afectarán tu futura salud. Si realmente quieres cambiar y mejorar tus hábitos alimenticios, necesitas comenzar por hacer pequeños cambios. Un cambio a la vez, y antes que lo sepas, tú y tu familia estarán comiendo mejor y más sano. No puedes esperar cambiar por completo tus hábitos alimenticios de la noche a la mañana ya que este es un proceso largo. Pero puedes mejorar en una cosa a la vez, tomando mejores decisiones, acostumbrándote a opciones más sanas y diciéndole adiós a los hábitos alimenticios poco sanos. Los alimentos procesados son económicos y convenientes pero definitivamente no es lo que deberíamos comer. Estas siete formas para evitar los alimentos procesados pueden ayudarte a tomar mejores decisiones para una dieta más saludable.

1.Cocina en casa

En mi opinión, la forma más importante para evitar comer alimentos procesados es cocinar tu propia comida y tratar de mantenerte alejado de los tarros y cajas tanto como sea posible. Preparar comida de la nada no es algo tan complicado. Probablemente muchas veces prepares puré de papas en caja, sé que yo solía hacerlo pero luego me di cuenta de que no es tan complicado cocer papas y hacerlas puré con algo de mantequilla y sal. Así evitas todos los químicos y conservantes y te alimentas de comida “real”. Si usas ingredientes frescos notarás también una gran diferencia. Tus comidas serán más saludables y sabrosas. Sabrás exactamente lo que hay en tu comida si la prepararas tú mismo usando ingredientes de buena calidad.


2. Lee las etiquetas

Estar informado es esencial para evitar los alimentos procesados. Definitivamente puedes saber si un producto es sano al mirar la lista de ingredientes. En general, mientras más ingredientes tiene, más procesado es ese producto. ¿Puedes ver ingredientes que no puedas pronunciar o azúcares en los primeros tres lugares de la lista? Entonces puedes tener por seguro que no es una opción tan saludable. Si ves un jarabe de maíz alto en fructosa ¡Huye! Recuerda que la lista de ingredientes en una etiqueta es la lista de cada ingrediente en orden descendiente de predominancia. Los ingredientes presente en las mayores cantidades aparecen primero, seguidos en orden descendiente por aquellos que están presentes en cantidades menores.


3. Come más frutas y vegetales

Piensa en lo “crudo”. Comer frutas y vegetales crudas es lo mejor debido a que todos los nutrientes están intactos. Si no estás acostumbrado a ellos, intenta comprar más frutas y vegetales la próxima vez que vayas al supermercado. Intenta incorporarlos en tu dieta diaria. Come de merienda algunas berries o una manzana. ¿Qué tal te parecen algunas zanahorias bebés con humus? Hay tantas variedades y productos de temporada entre los cuales elegir. ¿Por qué no probar un vegetal que nunca antes has comido o una fruta exótica que no sabías que existía? En vez de darte vuelta por los pasillos centrales buscando meriendas como barritas o galletas, elige frutas y vegetales frescos, y toma decisiones más sanas. Intenta preparar smoothies o jugos, también es una buena forma de consumir más frutas y vegetales.


4. Compra local 

Ya sea tu pastelería local o el mercado agrícola, estos son lugares en los que puedes encontrar menos alimentos procesados, muchas frutas y vegetales frescos de la temporada que nunca han sido congelados, y comidas caseras preparadas por pequeños negocios familiares. Si tienes suerte y hay un mercado agrícola cerca de donde vives, también podrás encontrar pequeños negocios que venden miel cruda local, panes locales y otras deliciosas meriendas. Recuerda que lo fresco y local siempre es mejor.


5. Haz tu propia comida chatarra

Todos queremos algo de comida chatarra. Aunque sea una vez al mes o una vez cada 3 meses. Pero la verdad es que nunca consideramos prepararla nosotros mismos. De esta forma podrías transformarla en algo más saludable, como por ejemplo al hacer tus propios macarrones con queso, papas fritas o pizzas. Los resultados son mejores en cuanto a sabor, y la mejor parte es que no tienes que sentirte culpable. Sin mencionar la cantidad de químicos que no estarás ingresando en tu sistema al preparar tu propia comida chatarra. El cocinar en casa es realmente la mejor forma de evitar los alimentos procesados. Intenta preparar tu comida chatarra preferida y siéntete mejor al estar tomando decisiones más sanas.


6. Elige los granos integrales

Los productos de granos integrales son menos refinados y más naturales. Tu cuerpo los digerirá fácilmente y contendrán más nutrientes, así que será mejor para ti. Nuevamente, lee las etiquetas. Si no dice que es 100% granos integrales entonces no es realmente un producto de granos integrales. El primer ingrediente en la lista debería ser granos integrales. Aléjate también del pan blanco, las pastas y el arroz, y comienza a cambiarte de a poco a granos integrales. Antes de que puedas darte cuenta, ya no querrás volver a comer como antes.


7. Evita los productos bajos o libres de grasas

Cuando un producto es etiquetado como “bajo en grasas” o “libre de grasas”, sólo significa que han sido muy procesados para remover la grasa en un principio. Después de que la grasa es removida, el producto ya no sabe tan bien así que adivina qué le agregan. ¡Azúcar! Montones de azúcar (usualmente azúcar procesada económica como el jarabe de maíz alto en fructosa), para suplir la grasa que acaban de retirar. Los productores de azúcares pueden de hecho etiquetar sus azúcares con un gran “libre de grasas” porque el azúcar es realmente libre de grasas. Pero lo que no te dicen es que si las calorías del azúcar no son usadas como energía rápidamente después de ser consumidas, se convierten en grasa corporal y se almacenan como tal. Es por esto que las personas que comienzan a hacer dietas y compran todo estos productos no pierden nada de peso. Si te sientes con ganas de comer algo dulce, preparar algo tú mismo también es una buena forma de evitar todos los ingredientes artificiales.

Visto en: Eatlocal