Por Catalina Vásquez
10 abril, 2015

No lanzan llamas desde sus fauces, sus escamas no son a prueba de acero, sus tamaños dejan bastante que desear, pero su similitud no deja de ser sorprendente.

Tres nuevos lagartos han sido descubiertos en los Andes del trópico, según los últimos acontecimientos descritos por la página web IFL Science. Los zoólogos que los hallaron les dieron los nombres de woodlizards o lagartos del bosque, pero si miras bien, son muy parecidos a dragones. Lamentablemente, los descubridores decidieron no bautizar a ninguno de ellos como Daenerys ni Chimuelo, y en cambio los nombres fueron inspirados en la ubicación del descubrimiento, la descripción de las escamas de una de las especies y un auspiciador financiero. Aún así, sabemos que son dragones.

Estas novedosas especies se agregan a los Enyalioides, un género de la familia de hoplocércidos, lagartos naturales de los bosques tropicales de América Central y del Sur. Como otros reptiles del bosque, estos 3 lagartos descubiertos son criaturas diurnas, nativas de estas zonas de mucha vegetación y humedad, que albergan posiblemente la más rica biodiversidad de la Tierra.

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Crédito foto: Pablo J. Venegas. E. sophiarothschildae es el más grande de la especie Enyalioide o lagarto “dragón” recientemente descubierta en los Andes.

Probablemente existan muchos más tipos de “dragones” esperando ser descubiertos, ya que de las 15 especies conocidas al día de hoy, ocho han sido descubiertas desde el 2008. “Durante los últimos años se ha duplicado el número de especies de “dragones enanos” conocidos, lo que demuestra que la diversidad de estos distinguidos reptiles ha sido subestimada”, dice Omar Torres Carvajal, autor principal de la Pontifica Universidad Católica de Ecuador. “Que más de la mitad de un grupo de grandes reptiles “dragones” de Sudamérica haya sido descubierta en los años recientes, es algo a lo que debe poner atención la gente encargada de conservación y financiamiento”.

Las tres nuevas especies han sido bautizadas como E. Altotambo, del noroeste de Ecuador; E. Anisolepis, del sur de Ecuador y el norte de Perú; y E. Sophiarothschildae, del noreste de Perú. Las especies están descritas con gran detalle en Zookeys, incluyendo su relación con reptiles anteriormente identificados.

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Crédito: Luis A. Coloma. Enyalioide Altotambo

Y aunque todos estemos esperando que alguna de las especies demuestre ser capaz de volar y crecer lo suficiente como para poder montarlas, el pronóstico no es muy positivo. La especie más grande, E. sophiarothschildae, tiene un cuerpo de sólo 13,5 cm. de largo, y una destacable cola que por poco lo dobla.

La verdad es que se sabe poco sobre cuán común es o qué tan extendidas se encuentran estas nuevas especies, pero por ejemplo la E. anisolepis fue descubierta en un área extendida lo que levanta gran preocupación debido a la rápida destrucción de los bosques tropicales de la región. Así mismo, la investigación no indica cómo se alimentan, pero basado en sus parientes conocidos, los insectos más grandes deberían preocuparse.

Si bien es maravilloso añadir a todas estas nuevas especies al libro de la vida, y sobretodo al de las criaturas mágicas, ninguna de ellas son tan convincentemente “adragonadas” como la E. oshaughnessyi, conocida desde el siglo 19  y que viene equipada con ojos rojos. Y tampoco estamos seguros de que ninguna de estas imágenes pueda igualar a la E. palpebralis, o mejor conocida como lagartija de palo cornuda.

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Crédito: Andreas Schlüter via wikimedia commons. Una lagartija de palo cornuda.

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