Si más personas reciclaran, este desastre habría sido mucho menor.
Ya hemos escuchado sobre las preocupantes cantidades de partículas de plástico –más de 250 toneladas– que afectan a nuestros océanos y la vida marina. Sin embargo muchas de estas investigaciones que recolectan información acerca de los desechos que contaminan las aguas se centran en aquella basura que se acumula en las costas, superficie del agua y playas. El problema es que gran parte de nuestros océanos en realidad son tan profundos que pueden ser tan inaccesibles como la luna. La buena noticia es que gracias a tecnologías como robots no tripulados de control remoto pueden llegar a lo más profundo del mar. Lo que han encontrado en sus viajes por las profundidades es más y más basura, donde la mayoría corresponde a artículos de un uso –como cucharas plásticas y latas de aluminio– que perfectamente podrían haberse reciclado.