De ahora en adelante, podrán disfrutar de la vida sin preocupaciones.
En un intento por salvarlos de la caza ilegal, los ecologistas se han embarcado en un gigantesco y admirable proyecto que pretende reubicar al menos a 100 rinocerontes que provienen de las zonas con niveles de caza furtiva más altas de Sudáfrica para transportarlos a Botswana, dónde está absolutamente prohibida. La organización sin fines de lucro tras esta misión, Rinocerontes sin Fronteras, espera que este audaz movimiento no sólo proteja a los animales vulnerables de la caza furtiva, sino que también ayude a la reproducción de nuevas poblaciones en la naturaleza.
“Esta es una intervención de emergencia”, señaló el ecologista y cineasta Beverly Joubert a CBS News. “Pienso que si no hacemos esto, los rinocerontes se extinguirán en algunos lugares de África”.
Según el artículo original de IFL Science, la caza ilegal es una grave amenaza para esta especie. Desde 1970, las poblaciones de rinocerontes negros se han reducido de alrededor de 16.000 a sólo 4.000. Gracias a los esfuerzos continuos de conservación, las cifras de rinocerontes blancos se han recuperado después de haberse acercado peligrosamente a la extinción en 1970, pero de todas formas, el número total sigue siendo bajo con 20.000 ejemplares aproximadamente.
Cerca del 80% de los rinocerontes del mundo viven en Sudáfrica, lo que convierte a ese país en una zona crítica para la caza ilegal. Sólo el año pasado, más de 1.200 de estos animales fueron asesinados por cazadores furtivos, que equivale a algo así como uno cada ocho horas. Desde el 2008, ha habido un aumento alarmante en las frecuencias de caza ilegal en Sudáfrica, lo cual ha sido generado principalmente por la creciente demanda de los cuernos en países Asiáticos, fundamentalmente en China y Vietnam. A pesar del hecho de que no existe ninguna evidencia de que tiene un valor medicinal, el cuerno de rinoceronte molido se vende en el mercado negro para tratar una variedad de dolencias, desde resacas hasta cáncer. “Es una ilusión; no hace nada”, comentó el ecologista Derek Joubert al National Geographic. “Es como comerse las uñas”.
Decididos a lograr un cambio, el matrimonio Jouberts fundó Rinoceronte sin Fronteras el año pasado. Hace poco lanzaron su ambicioso proyecto de reubicación, al trasladar 10 rinocerontes desde unas reservas en Sudáfrica hacia un área protegida del país. Los animales actualmente están siendo supervisados cuidadosamente por cualquier problema de salud que puedan presentar, y si todo resulta bien, debieran moverlos por aire a una zona no revelada en Bostwana dentro de un par de meses.
Los siguientes planes, son reubicar otros 25 este año, seguidos por otros 65 el 2016. A pesar de que este proyecto es bastante costoso, ya que cada vuelo tiene un valor de USD$45.000, la pareja ha logrado recaudar hasta ahora USD$280.000, principalmente a través de financiamiento masivo. De todas formas, hay que tener en cuenta que esto conlleva riesgos. Los animales deben ser sedados antes de transportarlos, y a pesar de que existe una tasa de mortalidad de aproximadamente 2 a 5%, el ser puestos a dormir por un periodo de tiempo menor que el que sería necesario para transportarlos por tierra, les da más posibilidades.
La idea es seleccionar rinocerontes que viven actualmente en zonas con un exceso de especímenes. No sólo estas zonas densamente pobladas atraen cazadores furtivos, además la sobrepoblación disminuye la tasa de natalidad. Los animales entonces serán trasladados a parques en Bostwana con la esperanza de doblar la población de rinocerontes de ese país dentro del próximo par de años.
A diferencia de Sudáfrica, donde algunas comunidades apoyan la caza ilegal a cambio de una parte de las ganancias, Bostwana tiene una política de cero tolerancia hacia la caza furtiva. El gobierno también ha solicitado la ayuda de los militares para defenderse de los cazadores, a los cuales incluso se les puede disparar y matar legalmente si son sorprendidos.