Por Catalina Vásquez
15 julio, 2015

Al parecer, la única diferencia está en que los grandes felinos preferirían comernos antes que ser nuestras mascotas.

Probablemente has notado, que los gatos domésticos, a pesar de tener un plato de comida, una cama acolchada y humanos dispuestos a hacerles mucho cariño, tienen una naturaleza bastante salvaje. Ellos, a diferencia de los perros, son capaces de desaparecer y arreglárselas por su cuenta durante semanas. También, son extremadamente ágiles, sigilosos y fuertes. En segundos pueden estar sobre un árbol, escondido entre las ramas y listo, para atrapar a un pájaro en vuelo. En definitiva, son animales domésticos, que hace milenios acompañan al hombre, pero que de ser puestos en la jungla más aterradora, podrían sobrevivir sin problemas.

Por su parte, los grandes felinos, como son los tigres, leopardos, gatos monteses o leones, no podrían poner un pie dentro de una casa humana sin generar un desastre, pero de todas formas y por genial que parezca, comparten varias cualidades de comportamiento con sus parientes más pequeños. 

¿Quieres ver de qué estamos hablando? Entonces no te pierdas ni un detalle del curioso video a continuación:

httpv://youtu.be/49zW_ytWsrc

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