Por Romina Bevilacqua
7 abril, 2015

Una excursión con los niños puede ser el panorama perfecto para el fin de semana.

Si eres un amante de la naturaleza, los deportes al aire libre y eres padre, esta lista podría ser lo que necesitabas para compartir con tus hijos tu pasión por la montaña. Ir con los niños de excursión no siempre es tan fácil como suena, puede que tus planes cambien de improviso sólo por el ánimo de tus pequeños, e incluso puede que lo que a ti tanto te apasiona para ellos resulte en algo bastante aburrido…pero no desesperes. Estos tips te ayudarán a hacer de tu paseo a la montaña la mejor experiencia.

1. Motiva a tus hijos antes de partir

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Involúcralos en el proceso de preparación de la aventura. Miren juntos los mapas, elijan la ropa adecuada y las golosinas y bocadillos saludables que llevarán. Cuéntales de la grandiosa aventura que van a vivir juntos y sobre todo lo que podrá conocer –animales, ríos, cascadas, puentes–. Y trata de no decirles que van a una “caminata” esa palabra no suena muy motivante para ellos… mejor llámalo una aventura o un viaje para explorar.


2. Qué llevar

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Lo más importante es que lleves contigo mucho entusiasmo y paciencia junto con algunos infaltables como el bloqueador solar, un suéter o chaqueta (chamarra) en caso de que se ponga frío y un atuendo cómodo –un par de calcetas secas también será muy útil–. Agua tampoco puede faltar y los snacks o meriendas en este caso son muy importantes. Lleva jugos pequeños, dulces, frutas o barras de cereal sin azúcar y no te arrepentirás. Un botiquín de primeros auxilios nunca está de más, sobre todo cuando a tus niños les gusta colarse entre los arbustos.

Deja que tu hijo lleve una mochila –liviana–. También le dará la sensación de ser parte de esta aventura. S i ya son más grandes y tienen más fuerza, deja que ellos llevan la linterna, su propia agua y alguna golosina. Pero tienes que saber que probablemente cuando esté cansado de acarrearlos tendrás que llevarla tú.


3. Elige el sendero adecuado

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Hay tres cosas que debes tener en cuenta al momento de elegir la ruta: La cercanía, la dificultad y la distancia. Si está cerca de casa, mejor. Para ver la dificultad puedes preguntar a otros padres que hayan ido o llamar a los parques o encargados del lugar donde están las rutas para preguntarles qué grado de dificultad y distancia tienen, si es apto para niños y si está bien señalizado el camino a seguir. Si después de esto aún tienes algunas dudas, podrías ir por tu cuenta antes para recorrer el camino. De esta forma también sabrás dónde es un buen lugar para hacer los descansos y cuáles son sus principales atractivos –las cascadas son unos de los mejores–.


4. Descansos

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Planea varios puntos de descanso. Los niños se cansan fácilmente así que planea estas detenciones y déjalos explorar el entorno. Lo que no quieres que pase es que le exijas mucho a tu hijo, se canse y se ponga mal genio. Eso básicamente significará el fin de la aventura y un gran problema para la próxima vez que quieran salir de excursión. En estas detenciones una merienda y agua son una buena opción para recuperar energías y mantenerlos felices. Además te permitirán tener un momento para charlar y pasar un buen tiempo.


5. Haz de este viaje una verdadera aventura

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Mantén a tu hijo entretenido. Recuerda que para él todo se trata de la aventura que vivirá en la montaña. Puedes contar historias, inventar juegos como la búsqueda del tesoro, llevar frascos pequeños para recolectar piedras, ramas pequeñas y otras cosas que le llamen la atención. Incluso puedes llevar una cámara desechable para que tome sus propias fotografías. En el fondo deja que tu ingenio y creatividad fluyan. También fija metas. A veces si saben que llegarán a una hermosa cascada, lago o hermosa vista al final del camino estarán más emocionados por continuar. Puedes decirle que guíe al equipo un tiempo y que sea el encargado de llevar la brújula. ¡Le encantará sentir que es el líder!


6. Felicítalo

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Cree en el poder del refuerzo positivo. Esto es algo en lo que los padres realmente son buenos y no deberían olvidarlo al comienzo del camino. Dile a tu hijo lo bien que lo está haciendo, lo fuerte que se ve subiendo el cerro y lo rápido que está escalando –incluso si no es tan real–. Ellos necesitan escuchar que están haciendo un gran trabajo.


7. Madruga

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Quieres que tu hijo tenga toda su energía cuando comiencen la excursión y por la mañana es el mejor momento. Así también te aseguras de contar con mucho tiempo disponible en caso de cualquier contratiempo o si se demoran más de lo que esperabas. Si vas temprano por la mañana el clima también es mejor, ya que no hace tanto calor. Además te aseguras de llegar temprano a casa, antes de que la luz del sol comience a desaparecer.


8. Revisa antes el clima

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No querrás que antes de comenzar la aventura una lluvia torrentosa arruine tus planes.


9. Plan B

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Si revisaste el clima pero los meteorólogos se equivocaron nuevamente… ten siempre un plan B. Como padre debes saber que incluso el mejor plan puede sufrir cambios por el clima o el ánimo y humor de tus hijos. Así que planea algunas alternativas en caso de que la caminata no resulte. Un parque interpretativo en los alrededores puede ser una buena opción, también puede haber juegos.

También asegúrate de tener varias opciones dentro del circuito para acortarlo o cambiar el destino, en caso de que comiencen la caminata y tus hijos no quieran continuar hasta el final.


10. Respeta sus límites

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Ve preparado para abandonar tus planes en caso de que tengas que hacerlo. No los presiones a seguir si realmente no quieren, lo más importante es la experiencia y no el destino al que tienen que llegar. Una caminata forzada es prácticamente sinónimo de un mal rato. Probablemente con los años tú hayas aprendido tus habilidades y límites pero para ellos es su primera vez y sus pequeñas piernas probablemente se cansen más rápido de lo que crees. Si la caminata va bien, considera la posibilidad de que vuelvan antes. Es mejor que acabe antes de lo pensado pero positivamente, a alargarlo a la fuerza y enfrentarse a una baja de entusiasmo.

Finalmente recuerda que una experiencia positiva y entretenida para tus hijos puede cambiar la forma en la que ven el mundo y se relacionan con la naturaleza. Además probablemente lo recuerden siempre con mucho cariño.