La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y es la capa la que separa nuestro mundo interior de lo exterior, así como la que mantiene la comunicación entre un lado y otro. Pero la piel no sólo es un órgano, sino que también es un símbolo, porque aunque las huellas parezcan sólo físicas son también sociales.
La modificación del cuerpo es el medio cultural por excelencia para comunicar sobre la propia identidad personal y social. Al hacernos una perforación, teñirnos el pelo de cierto color o hacernos un tatuaje estamos planteando simbólicamente algo que me diferencia del resto.
Los tatuajes particularmente pueden ser sólo decorativos, un soporte de nuestras creencias y valores estéticos y sociales, una marca de pertenencia al clan, una señal, un elemento de memoria personal y colectiva o simplemente algo que nos identifica. aAl decidir nosotros decorar la piel con tatuajes, estamos recalcando algún aspecto de nosotros mismos que queremos que el resto vea (o no también).
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