Por Francisco Lira
17 octubre, 2014

El azúcar es repugnante y nos mata. ¿Por qué no podemos parar de ingerirla?

Criticar el azúcar ha estado de moda durante los últimos años, y tiene sentido hacerlo. Estudios realizados durante varias décadas han señalado como el azúcar ha sido no un cómplice, si no el criminal, para muchos de los males de salud de la civilización moderna. La obesidad y la diabetes son los candidatos obvios causados por el consumo excesivo de las cosas dulces. Se ha escrito exhaustivamente durante años sobre la epidemia de obesidad, y un buen amigo de la obesidad y de la diabetes tipo 2, se ha triplicado en las últimas tres décadas, coincidiendo con la explosión de los productos azucarados. Sin embargo, hay una gran abundancia de otras enfermedades y condiciones que tienen conexiones menos conocidas con el azúcar. La lista es larga: la hipertensión arterial, hipoglucemia, depresión, acné, dolores de cabeza, endurecimiento de las arterias, fatiga, comportamiento violento, hiperactividad, extremidades doloridas, y por supuesto, el deterioro de los dientes

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Parece que pagamos un alto precio por nuestro gusto por el dulce. No sólo comemos una gran cantidad de azúcar y nos hacemos enfermar, sino que también estamos ingiriendo ningún valor nutricional en absoluto. No tiene vitaminas, minerales, enzimas, ni ninguna otra fibra. (Los amantes de la miel y de la melaza podrían estar recibiendo un poco de beneficios de estos edulcorantes, ya que si tienen pequeñas cantidades de nutrientes).

El azúcar es exquisito y nosotros lo anhelamos en muchas ocasiones, a veces hasta se vuelve una obsesión. “El azúcar es un profundo y antiguo anhelo” afirma Daniel Lieberman, biólogo evolutivo de la Universidad de Harvard. Los primeros seres humanos buscaron frutas y verduras dulces porque contenían los azúcares naturales que les daban energía. Por supuesto, los hombres de las cavernas nunca fueron tentados por pastelitos o barritas de Snickers. Y nosotros, ¿Qué tanto anhelamos el azúcar? Estas son (algunas de) las alarmantes estadísticas:

1. Los estadounidenses consumen, en promedio, 765 gramos de azúcar cada cinco días. Para poner esto en perspectiva, en 1822 consumíamos un promedio de 45 gramos cada cinco días. Lo que equivale a una lata de gaseosa. Ahora consumimos 17 veces, ósea, el equivalente a 17 latas de bebida.azucar_labio

2. Los estadounidenses consumen 59 kilos de azúcar al año. Nuestros predecesores en el año 1.822 comían menos de 4 kilos y medio de azúcar al año. 59 kilos al año significa cerca de 1 kilo y 300 gramos a la semana. Eso equivale a alrededor de 1610 kg en el transcurso de la vida, acercándose a un promedio de dos toneladas de azúcar.

3. Más sobre este tema: 59 kilos de azúcar equivale a alrededor de 1.767.900 Skittles. O simplemente llenar un contenedor de basura industrial con Skittles.

4. La Asociación Americana del Corazón recomienda que consumamos menos de 10 cucharaditas de azúcar al día. El adulto estadounidense promedio no alcanza esa marca por mucho. Consumen eso y 12 cucharaditas de más, es decir el americano medio consume en promedio 22 cucharaditas al día. ¿Y el niño promedio? 32 cucharaditas. Estoy bastante seguro de que ninguno de nosotros necesita hacer mucho más para llegar a tener problemas de salud.

5. Nuestro consumo de azúcar muchas veces puede ser percibido pero otras veces se oculta y se ingiere desde los productos más inverosímiles. El azúcar en galletas parece obvio, pero el azúcar en las papas fritas no tanto. Y en la salsa de tomate, en las comidas que pedimos para llevar, en las sopas, galletas saladas y casi todos los otros alimentos procesados ​​que hay.Azucar

¿Sabes cuáles son los peores? Las bebidas gaseosas encabezan la lista en el 33% de nuestro consumo de azúcar (si bebes agua en lugar de cocacola, ya estarías haciendo un gran cambio). Los caramelos y otros dulces obvios, conforman el 16%. Los productos horneados como las galletas y pasteles, el 13%. Los jugos de fruta el 10%. Y el yogur edulcorado, helados y leche casi el 9%.

6. Una lata de Coca-Cola de 12 oz, contiene 10 cucharaditas de azúcar. Eso es más azúcar que dos bolas de helado y un pedacito de chocolate.

7. El estadounidense promedio consume 53 litros de gaseosa al año. Vamos a hacer los cálculos. 128 oz que tiene una botellas por 53. Eso es 6,784 oz. O simplemente para simplificar, son 565 latas de gaseosa al año.