Querido papá, aquí te explico por qué te “agradezco” haber golpeado a mamá

Publicamos esta carta para decirles a todas las víctimas de violencia intrafamiliar que la dura realidad que les ha tocado vivir, no tiene por qué arruinar el resto de su vida. Por favor compartan esta historia para decirle a las 1 de cada 4 mujeres y 1 de cada siete hombres que serán víctimas de este tipo de violencia, que son dignos de ser amados, que son fuertes y hermosos.

Querido Papá,

Te escribo esta carta para agradecerte por haber golpeado a mamá. Te debí haber escrito hace mucho tiempo, pero tardé en darme cuenta de lo afortunada que soy por la forma en que me tocó crecer. Solía envidiar a todos mis amigos que tenían familias “normales”. Con padres que rara vez discutían, donde tenían cenas familiares todas las noches a la misma hora, y donde el ruido de fondo era el del sonido de los cubiertos tocando los platos de porcelana. En nuestro departamento, incluso cuando prendíamos el televisor mientras comíamos nuestra comida de microondas con cubiertos de plástico, el ruido más fuerte siempre fuiste tú. Ahora agradezco todas las noches en las que llegaste borracho y haciendo escándalo.

Gracias a ti, jamás voy a salir con alguien que beba demasiado o grite muy fuerte. Agradezco cada vez que el llanto de mi mamá me mantuvo despierta. Gracias a ti, jamás me voy a casar con alguien que no me haga feliz. Agradezco el haber podido ser testigo de lo difícil que fue para mamá irse de casa.

Eras tan encantador cuando estabas sobrio… y pedías perdón con una convicción que hasta tu mismo creías. Gracias a ti, sé que la frase “lo siento” no es más una par de palabras que se usan por conveniencia, y dos palabras jamás serán suficientes para que me quede donde no debiera quedarme. Cuando veo cómo mis amigas ignoran las señales que se muestran una otra vez, te agradezco por haberme mostrado cada una de ellas.

Quiero agradecerte porque ya no me queda espacio para odiarte. Mi hermana mayor todavía no logra llegar a ese punto, y ese dolor la acompaña en todo momento, lugar y relación. He visto los efectos que tiene el aferrarse al pasado, y es por eso que he decidido dejarlo atrás. La violencia doméstica es un mal transversal a las generaciones; tú la aprendiste de tu padre, y a su vez él la aprendió de tu abuelo, pero en nuestra familia quiero ser yo quien acabe con el ciclo.

Hago uso de mi pasado como una insignia, pero no como una cicatriz. Y espero que así puedan hacerlo todas las víctimas de violencia doméstica. Cuando esto pasa, no existe un aspecto positivo. Por supuesto que desearía que jamás hubieses golpeado a mamá, pero hay una luz al final del túnel: podemos utilizar nuestras experiencias para fortalecernos y ayudar a otros.

Papá, quiero agradecerte por haber golpeado a mi mamá porque eso me convirtió en la persona fuerte y reflexiva que soy hoy en día. Puedo ver la tristeza que esconden los ojos de los otros, tal como lo vi en los de mamá. También puedo ver la alegría, y todo lo que quiero hacer es crear más de ésta en el mundo.

Es gracias a ti que puedo asegurarme de que muchos otros no crezcan como me tocó a mí. Por lo general, las lecciones que nuestros padres nos enseñan sin proponérselo, son las que más nos marcan. Tus acciones me enseñaron sobre cómo querer al resto y a mí misma.

Para terminar, también quiero agradecer a mamá por haberse armado de valor y abandonarte. El perder al amor de tu vida fue lo que te liberó de las cadenas heredadas de tu padre. Dejaste de beber, te casaste nuevamente, y te transformaste en el mejor padre y esposo del mundo.

Ahora…sigues siendo lo más ruidoso de la casa, pero ahora el ruido proviene de tu risa.

La autora de este post quiso permanecer en el anonimato, pero puedes contactarla a su correo immorethanaminority@gmail.com.

Original.