“El amor no tiene nada que ver con lo que esperes obtener sino que sólo con lo que estás esperando recibir, lo cual es todo.”
Luego de aquellas notables definiciones del arte, la ciencia y la filosofía, no existe mejor manera de comenzar un nuevo año que con una selección de definiciones poéticas de un especial fenómeno que es más amorfo que el arre, más resuelto que las ciencias y más filosófico que la filosofía misma, todo en uno. A continuación les mostramos una recopilación de las ideas más memorables y eternas relacionadas con el amor extraídos desde cientos de años de historia literaria. A disfrutar…
Paulo Coelho en “El Zahir” dice:
“El amor es una fuerza no domesticable. Cuando lo controlamos, nos destruye. Cuando intentamos encerrarla, nos vuelve sus esclavos. Cuando intentamos entenderla, nos deja con una sensación de desorientación y confusión.”
Kurt Vonnegut, que en ciertas formas era un extremista del amor pero al mismo tiempo poseía una cuota sana de irreverencia al hablar de él, escribe lo siguiente en su libro “Las Sirenas de Titán”:
“Uno de los propósitos de la vida humana, sin importar quien la controla, es amar a quien sea que esté cerca para ser amado”.
Anais Nin, cuya sabiduría sobre el amor no conocía límites, dice en “Una pasión literaria: cartas de Anais Nin y Henry Miller, 1932 – 1953”:
“¿Qué es el amor sino aceptación del otro, sin importar lo que eso sea?”
Stendahl dice en su fantástico tratado del amor de 1822:
“El amor es como una fiebre que va y viene independientemente de la voluntad. No hay límites de edad para el amor”.
C.S. Lewis, quien fue un hombre muy sabio, expresa en su libro “Cuatro Amores”:
“No existe una inversión segura. El amar implica ser vulnerable. Ama cualquier cosa, y tu corazón se retorcerá y probablemente se romperá. Si quieres asegurarte de mantenerlo intacto, no le debes dar tu corazón a nadie, ni siquiera a aun animal. Envuelvelo cuidadosamente con hobbies y pequeños lujos, evita losa conflictos, enciérralo en el cofre o ataúd de tu egoísmo. Pero en ese cofre (seguro, oscuro, inmóvil, sin aire) cambiará. No se romperá, se volverá irrompible, impenetrable, irredimible. La alternativa a la tragedia, o al menos al riesgo de lo trágico, es la maldición. El único lugar fuera del Cielo dónde te puedes sentir perfectamente seguro de todos los peligros y molestias que conlleva el amor es en el Infierno”.
Lemony Snicket en su libro “Rábano Picante: Verdades amargas que no puedes evitar” dice:
“El amor puede cambiar a una persona de la misma manera en la que un padre puede cambiar a su hijo: de manera incómoda, y generalmente con un gran porcentaje de desorden.”
Susan Sontag, cuyas perspectivas ilustradas del amor estuvieron dentro de los artículos más leídos y publicados del año pasado, dice en “A medida que la consciencia es dañada por la carne: diarios y cuadernos, 1964-1980”:
“Nada es misterioso, ninguna relación humana. Excepto el amor.”
Charles Bukowski, que hizo famosa la descripción del amor como “un perro del infierno” en esta entrevista de video de archive:
“El amor es como cuando ves la niebla en la mañana, cuando despiertas antes de que el sol salga. Dura solo un rato, y luego se desvanece. El amor es una niebla que quema con el primer rayo de luz de realidad.”
Shakespeare en “Sueño de una noche de verano”:
“El amor no mira con los ojos, sino que con la mente”.
Ambrose Bierce, con la característica ironía de su libro “El Diccionario del Diablo”.
“Amor. Una locura temporal curable a través del matrimonio.”
Katherine Hepburn en su libro “Yo: historias de mi vida”:
“El amor no tiene nada que ver con lo que esperes obtener sino que sólo con lo que estás esperando recibir, lo cual es todo.”
El filósofo y matemático, Bertrand Russell, en su “La Conquista de la Felicidad”:
“De todas las formas de precaución, tener precaución en el amor es quizás la más fatal para lograr la felicidad verdadera.”
Fiodor Dostoyevsky lo plantea de manera incluso más enérgica en su libro “Los Hermanos Karamazov”:
“¿Qué es el infierno? Sigo manteniendo que es el sufrimiento de ser incapaz de amar.”
El biólogo evolucionario, Richard Dawkins, en una carta a su hija de 10 años le entrega la siguiente explicación de la importancia de la evidencia en las ciencias y en la vida:
“A veces las personas dicen que debes creer en los sentimientos profundos. De otra manera, nunca tendrías la confianza para creer en cosas como “mi esposa me ama”. Pero esta es una mala razón. Puede haber mucha evidencia de que alguien te ama. Durante todo el tiempo en el que estás con alguien que te ama, puedes ver y escuchar muchas pequeñas evidencias, y todas ellas se acumulan. No son puramente sentimientos internos, como aquellos que los curas llamas revelación. Hay cosas en el exterior que respaldan los sentimientos internos: las miradas a los ojos, algunas notas tiernas en la voz, pequeños favores y cosas tiernas. Todo esto es evidencia concreta.”
James Baldwin en su libro de obras recopilatorias “El precio del ticket: Recopilación de no-ficción, 1948-1985” dice:
“El amor no comienza ni termina de la manera que pensamos que lo hace. El amor es una batalla, el amor es una guerra, el amor es un proceso de crecimiento.”
Haruki Murakami en su “Kafka en la orilla” expresa:
“Cualquiera que se enamore está buscando los pedazos perdidos de ellos mismos. Por lo que quienquiera que esté enamorado se pondrá triste cuando piense en su amante. Es como ingresar a una habitación que esté llena de recuerdos de alguien que no has visto en mucho tiempo.”
Antoine de Saint-Exupéry en su “Odisea del hombre del aire: Vuelo Nocturno / Viento, Arena y Estrellas / Vuelo a Arras” dice:
“El amor no consiste en mirarse el uno al otro sino que el mirar hacia el exterior juntos en la misma direccion.”
Honoré de Balzac, que sabía “algo” del amor ahogador, dice en su “Fisiología del Matrimonio”:
“Mientras más uno juzgue, menos uno ama.”
Louis de Bernières en “El mandolín de Corelli” dice:
“El amor es una locura temporal. Hace erupción como un volcán y luego se desvanece. Y cuando se desvanece, tienes que tomar una decisión. Tienes que plantearte si sus raíces se han entrelazado las unas con las otras de tal manera que no se pueden separar nunca. Porque esto es el amor. El amor no es la falta de aire, no es la emoción, no es la promulgación de promesas de pasión eterna, no es el deseo de querer hacer el amor a cada minuto del día, no es recostarse en tu cama imaginando que él está besando cada parte de tu cuerpo. No, no te sonrojes, te estoy contando un par de verdades. Esto es sólo “estar enamorado” lo que cualquier tonto puede hacer. El amor en sí mismo es lo que queda una vez que la sensación de estar enamorado se ha extinto, y esto es tanto un arte como un accidente afortunado.”
E. M. Forster en “Un cuarto con una vista” expresa:
“Puedes transmutar el amor, ignorarlo, confundirlo pero nunca te puedes salir de él. Sé por experiencia que los poetas están en lo cierto: el amor es eterno.”
El novelista inglés Iris Murdoch es citado con la siguiente frase por el gran Milton Glaser en su libro “Cómo pensar como un gran diseñador gráfico”:
“El amor es la dificultad de entender que algo que no eres tú es también real.”
Pero quizás la frase más auténtica y real, sino también la más humilde, proviene de Agatha Christie, quien hace eco de Anaïs Nin en su autobiografía: