Por qué deberías estar con personas que te haga reír todos los días

¿Recuerdas lo que es reír? No la risita tonta, ni la risa entre dientes, sino que te falte el aire en un ataque de risa incontenible. ¿Ahogarte en esa risa convulsiva que te consume y te paraliza de la cabeza hacia abajo?

Salivando y buscando el aire, no puedes respirar, moverte o hablar; tu cara está roja y te duele, pero no te importa. Estas atrapado en una burbuja de tu propia alegría, y aunque sea por unos minutos, tienes la experiencia de la euforia. Podrías morir aquí y ahora.

Es un incontrolable ataque de risa. Algo pequeño te transformó a ti y a tus amigos en unos histéricos. Los que te rodean te observan desconcertados, preguntándose cuándo terminará – pero tú sientes que la risa saldrá de ti hasta no dejar nada salvo piel y dientes, como un globo desinflado.

En esos minutos te sientes completo. No necesitas nada más. No pararías de reír ni si alguien te pusiera una pistola en la cabeza. No piensas en nada salvo en ese preciso momento y en esa felicidad.

Las personas  que te puede hacer sentir así – aquellos que pueden sacar todo temor, ansiedad y pesar – no deben  ser tomadas a la ligera. Los que pueden aliviar cualquier dolor, preocupación, y barrer con la depresión de tu mente obsesionada, deben ser considerados con el  más alto aprecio.

Los que nos pueden hacer reír son más que nuestros amigos; podrían ser nuestros salvadores.

Probablemente ellos son humildes sobre esto, como la mayoría de las personas cómicas lo son. No actúan como si nos pudieran sanar, como si nos pudieran salvar. Probablemente ni se dan cuenta que son tan especiales y tan significativos.

Probablemente no se dan cuenta que ellos – quienes pueden cambiar ese  ánimo oscuro que nos arrastra  en los momentos de mayor soledad,  y transformar todo pensamiento y decisión equivocada en nada más que el aire que tragamos – son, efectivamente, un tipo de médico.

De acuerdo con un estudio presentado en la conferencia “Experimental Biology” de este año, la risa produce el mismo efecto que la meditación, apoyando la idea de que la risa es buena no sólo para el alma, sino para el cuerpo y la mente.

John Denninger, psiquiatra en la escuela de medicina de Harvard, encontró que la meditación, como la risa, tiene efectos biológicos y físicos, resguardando de enfermedades y reduciendo el efecto del estrés.

En su estudio, informó que la meditación tiene la capacidad de reducir “el estrés psicológico crónico y sus síntomas, junto con aumentar el bienestar.”

Siguiendo los hallazgos de Denninger, investigadores de la Universidad de Loma Linda descubrieron que la risa activa el cerebro completo con alta actividad de ondas gamma, aumentando los niveles de dopamina. Esto explica no sólo por qué se siente tan bien reír, sino también por qué permanecemos felices por minutos después de reír.

Estos hallazgos fueron descubiertos durante un estudio con 31 personas que vieron  un video cómico y uno estresante. Las nueve zonas del cerebro fueron medidas durante la actividad, y mientras miraban el video cómico, las nueve zonas  se observaron  con alta actividad de ondas gamma.

Esta actividad gamma está fuertemente asociada con la meditación y explica por qué los que meditan se sienten igualmente reanimados y rejuvenecidos que los que ríen mucho.

No se puede negar que la risa te reduce el estrés. Tampoco se puede negar que aquellos que pueden mantener tu presión sanguínea baja y tus niveles de dopamina altos son, indudablemente, un tipo de sanadores.

A medida que nos ponemos viejos y nuestros niveles de estrés aumentan con cada nueva responsabilidad, preocupación y ansiedad, es el amigo que nos hace reír quien siempre debería andar por ahí.

Te mantienen menos estresado

La risa no es para los débiles; es para los fuertes. Es para los que pueden tirar su pena a un lado y reír a través de ella. Es para los que pueden mirar el lado brillante de la vida. Es la razón por la que sólo los comediantes pueden soportar los insultos y la burla que viene con su trabajo.

De acuerdo con un artículo en The Telegraph de 2013, un estudio conducido en 2011 en la Universidad de Oxford encontró que la risa aumenta el umbral del dolor. Los participantes de la investigación que vieron comedias podían resistir un 10% más de dolor que su contraparte que no disfrutaban de dosis diarias de risa.

La risa también libera endorfinas  que operan como analgésicos, disminuyendo la intensidad de dolor que pensamos estar sintiendo. Es por eso que nada sanará mejor tu dolor que una buena risa.

También es por eso que con la única persona con quien querrás salir después de un rompimiento amoroso, del divorcio de tus padres o de malas notas, será ese amigo que te puede hacer reír y olvidarte de ello.


Te ayudan en el colegio

Hay una razón por la que todos aman al payaso de la clase. Aunque puede parecer como que está entreteniéndonos durante una charla aburrida, está realmente mejorando nuestras notas.

De acuerdo con un estudio sobre el efecto del humor y la ansiedad en las pruebas, realizado por Ronald Berk y Joy Nada, el humor disminuye el estrés y aumenta tu habilidad para dar pruebas.

En un experimento con 98 estudiantes de bioestática, los investigadores descubrieron que los exámenes con instrucciones humorísticas conducían a mejores resultados.  “Los estudiantes con altos niveles de ansiedad frente a las pruebas rinden peor en todos los exámenes que su contraparte con baja ansiedad.”

Si tu amigo cómico puede hacerte reír antes de una prueba, lo lograrás todo.


Te hacen más creativo

La risa promueve la creatividad; estimula nuestra habilidad para aprender. Los niños ríen hasta 300 veces durante el día y los adultos menos de 20, de acuerdo con la Asociación del Humor Terapéutico Aplicado, lo que da a los niños una curva de aprendizaje mejor y un sentido de creatividad.

La risa es lo que te abre, llenando tu cuerpo de oxígeno y endorfinas. Es lo que te da el coraje que necesitas y el poder cerebral extra para lograrlo casi todo. Es el proceso más creativo al que puedes entregarte, junto con el más sano.

La risa es una de las pocas cosas que aún debemos perder de nuestra infancia, pero que por el bien de nuestra alma en peligro,  nunca deberíamos perder.