Paso uno: tomarte un café. Paso dos: tomar una siesta.
Los científicos han comenzado a recomendar las llamadas “siestas de café” como una manera de maximizar la eficacia tanto del sueño como de la cafeína. El tiempo que se tarda la cafeína en llegar al cerebro, permite que nos podamos dormir primero.
Tómate una taza de café de forma rápida con el fin de maximizar tu tiempo de sueño, y luego trata de tomar una siesta o de caer en un estado a medio dormir por 20 minutos, durante este periodo, el cerebro no tiene tiempo para quedarse profundamente dormido. Por lo tanto, puedes tomar una siesta sin interrumpir tu ciclo de sueño.
Al beber café, la cafeína viaja a través del cerebro y se adapta a los receptores de la adenosina química que es un subproducto de la actividad de la mente. Entonces para que este sistema funcione, el cerebro tiene que estar libre de adenosina. Una siesta despeja naturalmente toda la adenosina, dejando estos receptores abiertos para recibir cafeína.
Estudios de todo el mundo han demostrado que las personas funcionan mejor después de las siestas con café. El grupo de personas británicas con las que se experimentó, cometió menos errores en un escenario de conducción simulado, mientras que el grupo de personas japonesas obtuvieron los mejores resultados de las pruebas.
Entonces ahora tómate un expreso doble y recuéstate para cerrar los ojos unos 20 minutos!