Por Teresa Donoso
24 septiembre, 2014

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En su famoso discurso de 1996, la escritora Nora Ephron advirtió a los nuevos graduados de la Universidad de Wellesley que estaban entrando a un mundo que era hostil frente a los logros de las mujeres y les rogó que lo tomaran como “algo personal”.

“Entiendan”, dijo ella, “que cada ataque contra Hillary Clinton por no saber cuál es su lugar, es un ataque contra ustedes”. Ella argumentó que debemos tomar esos ataques como personales ya que “Debajo de la mayoría de esos ataques están las palabras: Vuelve, vuelve donde alguna vez perteneciste”.

El pasado 21 de septiembre la actriz y Embajadora de Buena Voluntad de la ONU, Emma Watson se puso de pie en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York y entregó un poderoso discurso condenando el daño que causa la discriminación de género tanto a hombres como a mujeres e invitó a los hombres a que se convirtieran en participantes activos en la lucha global por la igualdad de género. Al día siguiente, individuos anónimos crearon una página web atacando a Watson con amenazas sexuales, y una cuenta regresiva de cinco días hasta que –se presumía– sus imágenes desnuda fueses publicadas en la web. Las amenazas contra Watson son un ataque contra mí –y me tomo esos ataques como algo personal. Todos necesitamos hacerlo.

Los usuarios del foro de discusión 4chan tomaron el crédito por la creación del sitio que llevaba el logo de 4chan. Sin embargo, ahora pareciera ser que el sitio web fue creado por un grupo que se hace llamar “Rantic marketing”, que aparentemente es una compañía falsa manejada por un colectivo de internet que ha sido responsable de varios sitios de “cuentas regresivas” en el pasado. (Aunque hay algunos que llaman esto una “broma” es difícil de creer que sea cierto. Las amenazas aún causan daño y tienen un efecto paralizante aunque el sitio fuese creado por Rantic o por los usuarios de 4chan, y el daño de estas amenazas persiste incluso cuando no se haya publicado ninguna fotografía).

La página web que amenazaba a Watson fue recibida con júbilo en 4chan y Reddit, donde los usuarios comentaron que esperaban que las amenazas la forzaran a abandonar sus campañas feministas. “Si solo sus fotografías desnudas fuesen publicadas y tuviese esa carga frente a ella. Su feminismo se terminaría”, escribió uno de los comentaristas. “Si esto es verdad su reciente feminismo se va a terminar abruptamente”, escribió otra persona. “El feminismo”, escribió alguien en 4chan “es un cáncer en crecimiento”.

Watson no es la única a la que misóginos que ejercen el terror sexual como arma,  le han dicho que se mantenga al margen. Ella es acompañada por muchas otras mujeres alrededor del mundo que han tomado la decisión de participar en la vida pública y han sufrido las consecuencias. Quienes escriben sobre temáticas feministas, están inundadas de amenazas de violaciones; vuelve. Activistas de Syria, hasta Sudán o el Congo han sido violadas; vuelve. Lesbianas Sudafricanas han sido violadas para “corregir” su sexualidad; vuelve.

Esas amenazas y ataques son especialmente poderosos, porque están arraigadas a la idea generalizada de que las mujeres tienen la responsabilidad de alterar su comportamiento para evitar la violencia sexual. Cuando la corresponsal de la cadena de noticias CBS, Lara Logan, fue agredida en la plaza Tahir, un aluvión de comentarios y tweets señalaban que ella debería haber sabido que no debía informar desde Egipto, porque sin duda era un lugar peligroso para una mujer (Vuelve).

Cuando los expertos en línea se enteraron de que las violaciones a mujeres universitarias eran horriblemente comunes ellos advirtieron a las estudiantes a que dejaran de beber (Vuelve).  Cuando una serie de violaciones fueron reportadas en Haryana, India, los políticos locales insinuaron que la solución era que las niñas se casaran lo antes posible, cuando aún fuesen adolescentes (Vuelve).  Incluso cuando el impulso es de protección, la exigencia de que las mujeres sean quienes deben cambiar es, esencialmente, una demanda a que amoldemos nuestras vidas en torno a los caprichos de los predadores sexuales y no de nuestras propias necesidades o ambiciones, o las contribuciones que nosotras queramos hacer al mundo.

Y se pone aún peor. ¿Cuántas veces hemos visto que se utiliza el historial sexual de una mujer no solo para ponerla en vergüenza o para desacreditarla, sino que también como justificación para no defenderla de los daños? Lo vimos en respuesta a las imágenes de una celebridad que fueron filtradas a principios de este mes, cuando Kelsey McKinney escribió para Vox hashtags como #miteléfonofuehackeado y se culpó a las víctimas por que unos criminales violaron su privacidad. Lo vimos cuando un juez en Montana sentenció a un profesor a solo 30 días de prisión por violar a una de sus estudiantes de 14 años, bajo la base de que “su relación”sugería que ella “era mayor que su edad cronológica” y “tan en control de la situación” como lo estaba su profesor de 49 años.

Estos tres problemas –que las mujeres sean amenazadas, que las mujeres sean presionadas a cambiar su propio comportamiento para evitar asaltos sexuales y que se les diga a las mujeres que ellas no merecen protección a menos que se mantengan puras y muy señoritas– son todas terribles por sí solas. Pero al reunirlas, suman algo mucho peor: un ciclo vicioso que presiona a las mujeres a mantenerse al margen de la vida pública. Cuando les decimos a las mujeres que las amenazas y ataques de las que son víctimas son su culpa, por no ser lo suficientemente castas o no tomar las precauciones debidas, les estamos diciendo que ellas deben valerse por sí solas: que no pueden confiar en la protección de la sociedad contra esos crímenes. ¿Cuántas mujeres escuchan ese mensaje y deciden que no tienen otra opción más que dejar esa campaña activista o rechazar ese trabajo de alto perfil o dejar de escribir ese artículo? ¿Cuán difícil será para las mujeres en la ONU reclutar a sus próximas Embajadoras de Buena Voluntad?

Emma Watson ha sido una excelente Embajadora de Buena Voluntad de la ONU. Si su campaña tiene éxito, ella hará hecho un gran bien al mundo.  No hay nada de su vida privada o sus relaciones sexuales consensuadas, que tengan relación con el valor de su trabajo, la validación de su visión feminista o su integridad como persona. Espero que el hecho de que “Rantic” tome responsabilidad del sitio web, signifique que las fotos desnudas de Watson no sean filtradas en internet como una venganza por su trabajo. Pero si pasa esto, no significará que ella es irresponsable o imprudente, significará que es valiente.

Independientemente de si hay o no fotografías filtradas, las amenazas contra Watson ya son un ataque para todas nosotras. Y deberíamos tomar esto como algo personal.

Acá esta su potente discurso en la ONU

httpv://youtu.be/SAgUHOvx-co