4 cualidades que hacen a un hombre verdadero

Mi objetivo al escribir esta nota no es venderte mi definición de un hombre. Es desafiar tus creencias. Hace años, mientras trabajaba en una agencia que ayudaba a adolescentes con adicciones, aprendí que todos ellos tenían en común un padre ausente. O el padre no estaba en el escenario o no estaba disponible emocionalmente. El resultado fue límites poco claros, baja autoestima, y muy poca conciencia. Esto les causaba ira, y vacíos emocionales cubiertos por hábitos poco saludables.

Creo que los hombres subestiman el impacto que tienen en este mundo. Creo que es necesario desafiar las definiciones. Creo que cada hombre debería poseer estas cuatro características:

1. Los hombres responden

En los 40 años que llevo en este planeta, generalmente (y enfatizo en el “generalmente” porque sé que no todos los hombres son así), la mayoría de los hombres no piensan en cómo sus palabras y acciones afectaran a otros. Un ejemplo de esto es un marido que aniquila la personalidad de su mujer o que dirige malas palabras hacia sus hijos.

Requiere disciplina, paciencia y madurez auto regularse y pensar en los demás antes de responder. Una respuesta requiere pensamiento. Una reacción es instintiva. Los niños reaccionan. Los hombres responden.


2. Los hombres miran hacia dentro primero

Ellos están dispuestos a examinar sus defectos. Practican la transparencia y una actitud no defensiva. Ellos expresan cómo se sienten. No tratan de ser alguien que no son. Manejan las confrontaciones al reconocer, hacerse responsables, y tomar decisiones. Y avanzan, cambiados.


3. Los hombres tienen una causa

Algo por qué pelear. No tiene que ser terminar con la hambruna mundial. Puede ser salvar un matrimonio. Luchar por un sitio en la vida. Expresarse a través del arte. Dar regalos. Ser una mejor versión de uno mismo. Algo en lo que él crea, aún si otros no lo hacen. Ya sea el carácter o un imperio, los hombres construyen. Los niños deconstruyen.


4. Los hombres actúan

Los niños se quejan. Debo admitir que recientemente tomé la decisión de dejar de quejarme cuando las cosas no salieran como yo quisiera en la vida. Muchos hábitos como quejarse y perder el temperamento surgen de un pensamiento indisciplinado y de la inhabilidad de manejar las emociones. Sé de muchos hombres que hablan de cambiar. Que hablan sobre querer “arreglar” su relación, perder peso o ser un mejor padre. Pero sólo algunos pocos actúan y escalan esa montaña de manera diaria. Solo unos pocos se caen una y otra vez hasta levantarse. Solo unos pocos actúan fiel a sus propias decisiones.

Piensa en todos los hombres que conoces en tu vida. Amigos. Padres. Tíos. Hermanos. Entrenadores. Novios. Maridos. ¿Cuántos poseen estas cuatro? Si lo hacen, reconócelos. Porque necesitamos más de ellos en este mundo.

Original.