¡Ohhh! Así que esto es de lo que hablaban cuando decían “la crisis del cuarto de vida”.
1. Fantaseas con hacer algo drástico con tu pelo sólo para sentirte viva.
2. O algo un poco más permanente.
3. Descubrir que una celebridad es más joven que tú te arruina el día completo.
4. Ir a fiestas aún es entretenido pero menos espectacular de lo que fue alguna vez, y eso te complica.
5. Y te sorprende lo emocionada que te pones por pasar una noche en casa.
6. Por primera vez en tu vida has pensado, ¿estoy muy vieja para usar esto?
7. Pasas de querer cuidar más de ti, a querer rebelarte en el tiempo de juventud que te queda.
8. Has achicado el tamaño de tu grupo de amigas, y comienzas a darte cuenta que las que quedan son las únicas que necesitas realmente.
9. Estás pensando seriamente en vaciar tu cuenta en el banco por unas vacaciones para “encontrarte a ti misma” (lo que sea que eso signifique).
10. Obtienes una extraña sensación de logro al completar encargos.
11. Te ves sorprendida por estados de angustia existencial.
12. De repente te encuentras disfrutando de la compañía de tus padres. Ellos se sienten (comprensiblemente) desconfiados de esto.
13. Perteneces a uno de dos grupos: los que no pueden esperar a tener bebés y los que se horrorizan con la idea de tenerlos.
14. En cualquier caso, haces permanentes chequeos mentales: “¿es aquí donde debería estar en mi vida?”
15. Por primera vez realmente parece que tu niñez terminó. Éste es el punto de no retorno. Estoy terminada.
16. ¡Y eso es suavemente aterrador!
