Las personas introvertidas no se manejan muy bien en un mundo que celebra la extroversión y las “personas sociables”. Hay cosas que a la gente introvertida les gustaría que sepas de ellos para de esa forma poder manejar mejor cualquier relación o situación en la que se encuentren. Por ejemplo, no son antisociales o depresivos, simplemente son diferentes.
En realidad, mucha gente nos envidia por nuestras formas auto contenidas y livianas que hacen que los otros mantengan la calma, puedan focalizarse y sentirse a salvo. La gente nos ama. En secreto. Las personas introvertidas tenemos muchas “maneras de hacer las cosas” que solamente nuestros amigos más cercanos entienden. Aquí les expongo algunas cosas que podrían no saber de la gente introvertida.
No nos interesa tu cumpleaños.
Cualquier persona introvertida que trabaje en una oficina sabe cómo se siente ser perseguido para juntar dinero para una torta. Nos genera retorcijones que una persona cualquier de la oficina empiece a pregonar que es su cumpleaños. Pensamos que se espera de nosotros que respondamos con entusiasmo e interés, y quizás hasta que aceptemos sus invitaciones para reunirnos a tomar unos tragos con un grupo de otras 300 personas extrañas para celebrar. Trescientos es un número un poco exagerado, pero eso es lo que siente una persona introvertida cuyo única voluntad es irse a casa. Si no nos invitan, no nos ofenden. En realidad nos sentimos aliviados.
No necesitamos que te interese nuestro cumpleaños.
Así es, no nos interesa. Tenemos amigos que nos conocen de manera verdadera y les interesa, si nos interesa. Sin embargo, una cosa interesante acerca de los introvertidos, es que no necesitamos celebrarlo. Está bien un pequeño homenaje ese día estando absolutamente solos o con un grupo de amigos que hemos seleccionado cuidosamente. No necesitamos que el mundo lo sepa.
Realmente no estamos escuchándote cuando haces un resumen de tu fin de semana.
A menos que seas parte de nuestro círculo de amigos, no nos interesa lo que hiciste el último fin de semana. Somos de la idea de que todo el mundo tiene derecho a su privacidad, y si eliges pasarlo estúpidamente borracho o golpeando la puerta de tu ex, es tu problema. No juzgamos, y además pensamos que en realidad se gasta demasiada energía en gente que no conocemos. Que trabajemos contigo, no significa que realmente te conozcamos.
Odiamos las multitudes.
Las multitudes nos cansan. Tanta estimulación de diferentes tipos nos hacen sentir atontados. Algunas personas introvertidas son empáticas, por lo que tienden a apropiarse fácilmente de la energía de los otros. Solemos sentir a veces que “conocemos” a todos en la habitación y fácilmente nos sentimos avasallados por el torbellino de tanta actividad.
Realmente no nos interesan los eventos empresariales.
Este es un problema especialmente complicado para los introvertidos que tienen un negocio. Las redes empresariales nos hacen sentir que tenemos que actuar. Luchamos para decir las cosas apropiadas y para escuchar atentamente. Realmente no nos importa, ya que no te conocemos. Aún en los negocios, necesitamos sentirnos conectados con alguien a otro nivel para tratar de sacar el mayor provecho de la reunión. Esto nos lleva tiempo ya que tenemos que elegir el evento correcto, construir un plan para ofrecer algo de valor a los otros y a la vez obtener algo valioso para nosotros mismos.
Nos vemos forzados a actuar como si nos gustases.
Esta es la dura verdad. Sabemos quién nos gusta y quién no. Esto puede tener sus orígenes en algún evento de la infancia o en lo que comimos en el desayuno esta mañana. No lo tomes en forma personal. Apreciamos la honestidad, y algunas veces es hiriente. Para sobrevivir, debemos transformar esos sentimientos y ser amables. Ser amable puede ser más duro que ser realista.
Sabemos hacer las cosas.
Llenamos nuestro tiempo con proyectos, actividades, llamadas por teléfono, emails, borradores y planes para sorprender al mundo con nuestra próxima gran idea (de las que tenemos muchas). Valoramos la soledad porque nos permite experimentar nuevos conceptos, planes y ejercitar nuestra imaginación. Todo es posible cuando pasamos tiempo solos, y lo que creamos puede cambiar nuestras vidas, y las vuestras, también.
Nos gusta escribir las cosas.
Amamos el email ya que nos ayuda a obtener lo que necesitamos sin que nos interrumpan. Las interrupciones nos distraen por supuesto, y necesitamos gastar más energía en volver a concentrarnos en la tarea que hacíamos. Por favor, no nos llames a menos que sea para hacernos una pregunta cuya respuesta sea un simple sí o no.
Nos sentimos a salvo si estamos con la gente apropiada.
Cuando tenemos en nuestras vidas a la gente correcta, nos entregamos completamente. Damos todo lo mejor de nosotros mismos. Nos convertimos en guerreros protectores que pelearán casi por cualquier causa que involucre a los que amamos. Pregúntale a nuestros amigos. Florecemos si estamos en buena compañía, y brillamos. Nos lleva un poco de tiempo encontrar a la gente apropiada, pero si lo hacemos no nos reprimimos.
Tenemos amigos, que realmente nos quieren.
A los introvertidos nos gusta la gente, y le gustamos también a la gente. La mayoría de los introvertidos, no tenemos ningún problema en estar en grupo, o pasar tiempo con otros. Si tenemos amigos es porque los elegimos conscientemente. Ponemos empeño y esfuerzo en las relaciones y nuestros amigos lo saben. Vamos a bares, fiestas, y conocemos a nueva gente. La diferencia es que no toda persona que conocemos se convierte en un amigo.
Podemos jugar a ser extrovertidos por un tiempo.
Debemos hacer eso para llevarnos bien con el resto. Podemos ser el alma de la fiesta, ser los anfitriones de un evento empresarial, y ser la persona central en un evento de caridad. Lo hacemos con gusto, sabiendo que al final del día regresaremos a casa. Cuando lleguemos, nos puede tomar días o semanas reponernos para sentirnos listos para hacer “eso” otra vez.
No somos tímidos, groseros o engreídos.
Al principio podemos parecer que sí lo somos. Conócenos y verás que realmente te podemos hacer reír, y mantener una conversación que dure más de quince minutos. La cosa es que no compartimos estas características con cualquier persona. Ser “sociales” o “sociables” es una opción, no una forma de ser. No podemos fingir bien estar felices o emocionados, y nuestra cara más que nuestras palabras denotan lo que sentimos.
Nos sentimos bien estando solos.
Tenemos demasiadas cosas en nuestras cabezas y no necesitamos más. A diferencia de nuestras contrapartes extrovertidas, no necesitamos a otros para estimularnos. Estamos constantemente pensando en cómo resolver nuestras vidas. Nos entretenemos con proyectos creativos y sabemos cómo pasar buenos momentos. Más gente significa más cosas con las que lidiar y en realidad ya tenemos suficiente con nosotros mismos como para gastar más energía.
Odiamos las charlas insignificantes.
Somos pensadores y nos gustan las conversaciones que giran en torno a grandes ideas, teorías e ideales. Muy raramente participamos de conversaciones poco importantes y si lo hacemos no estamos muy a gusto.
Elegimos estar contigo – aprécialo.
Valoramos nuestro tiempo a solas y somos muy selectivos a la hora de dejar entrar a alguien. Permitir la entrada a la persona incorrecta nos consumirá, sin dejar nada para nosotros mismos. Tenemos la tendencia a atraer a los extrovertidos que absorben nuestra energía, y buscar a introvertidos que piensen de manera similar para poner nuestros pies en la tierra, para pensar profundamente y recuperar el sentido de control. Apreciamos el tiempo que pasamos con otros introvertidos y comprendemos perfectamente los límites y las fronteras del otro.