Entrevisté a algunas amigas para escribir este artículo, y lo único que tengo que decir después es que me siento bastante normal. Las mujeres somos raras.
1. Rascarte el trasero, especialmente después de haber pasado largos periodos de tiempo sentada.
2. Tener conversaciones serias por teléfono en el baño con familia o amigos mientras estás sentada en el inodoro. Y después mentir si te preguntan dónde estás. Pero se siente muy bien hablar desde el trono.
3. Sacarte tu sostén apenas llegas a tu casa y tirarlo al otro lado de la habitación. No hay nada como ese sentimiento sin-sostén al final del día.
4. Sacarte tu sostén e inmediatamente rascarte las marcas que deja por al menos un minutos.
5. Inspeccionar tu cara en el espejo y sacarte vellos aleatorios, usualmente en los lugares menos apropiados.
6. Tener conversaciones completas contigo misma (y pretender que es otra persona) especialmente cuando a.) estás enojada con alguien b.) te gusta alguien.
7. Que te guste alguien y revisar su presencia en internet durante todo el día.
8. Buscar puntos negros para quitar, ya sean tuyos, de tu pareja, tu mejor amiga, alguno de tus padres, etc. – la satisfacción que da reventarlos es inigualable.
9. Comer comidas tamaño familiar tú solita. Y no sentir nada de vergüenza en el momento.
10. Pararte frente al espejo y agarrar tus rollitos para ver cómo se vería tu cuerpo si no los tuvieras. Justo antes de comerte un plato enorme de queso, por supuesto.
11. Sentarte y meter hacia dentro tu barriga en tus pantalones para no verte gorda.
12. Sacar los hombros para que se noten más tus clavículas, y pasar tus manos por ellas para sentirte sexy y pensativa.
13. Ponerte ropa interior sexy por ninguna razón, solo para mirarte al espejo en ella. O para ir a dormir.
14. Inspeccionar tu trasero en el espejo mientras estás desnuda, solo para saber lo bien que se ve o cuántas sentadillas más tienes que hacer antes de que se vea como quieres.
15. Robarle el sweater a un hombre y pasar un día entero oliendo y absorbiéndolo.