Las máquinas biorrecicladoras, aparatos que utilizan botellas PET o latas de alumnio como medio de pago de este transporte público, han empezado a llegar a la ciudad de México.
Estos aparatos empezaron a tener su apogeo en China, donde se reciclan 50 millones de toneladas de botellas cada año. De acuerdo con Adam Minter, autor de Junkyard Planet (2013), mientras que en occidente, reciclar es una actividad verde; en países asiáticos en desarrollo, es una actividad económica. Es decir que, se busca alcanzar tanto beneficios ambientales como un desarrollo en la productividad económica del país.
Por consiguiente, según HengPlasticMx, empresa líder en la operación de máquinas inteligente de residuos sólidos y sistema de reciclado, el objetivo de introducir las biorecicladoras en México es tanto generar un impacto en el medio ambiente, como beneficiar a los usuarios que utilizan diariamente este medio de transporte.
A través de un scanner, las máquinas distinguen las etiquetas de las botellas y el peso que contengan. Mientras que en su interior, cuentan con un compactador mecánico para almacenar las botellas recicladas. Y el reembolso para el pasaje se hace vía electrónica por medio de la tarjeta recargable.
De ese modo, una botella de plástico vacía puede ahorrar un viaje, comprar tiempo aire, obtener descuentos en tiendas departamentales o entradas al cine, apoyar a asociaciones filantrópicas. Cada envase vale un punto en la tarjeta del usuario, convirtiéndose en puntos Recicla. Se trata de generar un impacto en el medio ambiente, otorgándole valor a la basura.
Fuente: ecoesfera