Mientras jugaba, este niño encontró algo capaz de cambiar los libros de ciencias naturales

Por Catalina Vásquez
5 junio, 2015

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Algo parecido a una piedra, era en realidad un hueso de dinosaurio de 148 millones años.

El año 2004, un niño de 7 años llamado Diego Suárez, recorría con sus padres y su hermana Macarena los cerros de Aysén, XI Región de Chile. El propósito: estudiar las piedras del sector, debido a que sus padres eran connotados geólogos del país y este tipo de actividad eran algo tan cotidiano para la familia, como lo sería para otra, ir el fin de semana al parque.

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Ilustración Gabriel Lío

Así, Diego se fue de “expedición” por unos huesos fosilizados, y al rato, regreso efectivamente con huesos fosilizados, y unos realmente especiales y capaces de cambiar los libros de ciencias naturales. Su padre, Manuel Suárez, llevó esos y otros huesos que encontraron posteriormente en el lugar, a Fernando Novas, un paleontólogo del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia para que los estudiara. Y es ahí, cuando el Período Jurásico volvió a ser un tema de conversación.

El paleontólogo, al revisar por primera vez los huesos, pensó que se trataba de los restos de varios dinosaurios, ya que la mano, cabeza y dientes eran similares a las de los sauropodomorfos (dinosaurios de cuello largo), la pelvis se parecía a la de los ornitisquios (con cuernos), pero el cuello, la espalda y las patas traseras, a las de los terópodos (carnívoros bípedos, como el tiranosaurio). ¿Extraño que estuviesen todos tan cerca no? Pues lo es aún más.

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Fuente

Luego de más investigación y una visita al terreno el año 2010, donde recolectaron un esqueleto casi completo, lo sorprendió comprobar que se trataba de un sólo dinosaurio, de algo así como 1.60 de alto y 148 millones de años de antigüedad (dentro del Período Jurásico). Fue bautizado en honor a su pequeño descubridor como Chilesaurus diegosuarezi y cambió radicalmente lo que se sabía sobre la evolución de los dinosaurios.

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EFE/Sebastían Silva

“Nos está indicando que la adquisición de caracteres relacionados con el consumo de vegetales y la evolución de los herbívoros fue más común de lo que imaginábamos. Hubo carnívoros que en numerosas oportunidades perdieron su condición de depredadores y se transformaron en herbívoros. Chilesaurus viene a sumar esta información y lo convierten en el primer representante de un linaje totalmente desconocido para la ciencia”, explicó Novas a la publicación de la revista Nature.

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Ilustración Gabriel Lío

En palabras más simples y para hacernos una imagen, es un terópodo (del mismo tipo que los velociraptors y tiranosaurios) que en algún punto de la evolución pasó de ser carnívoro a herbívoro, y además, perdió la condición de ser un ágil corredor. Aún más importante, el primero en hacer este paso, ya que los otros dinosaurios que han evolucionado en esta línea, lo hicieron mucho después, en elPeríodo Cretácico (145 a 65 millones de años atrás).

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Ilustración Gabriel Lío

Un dinosaurio que caminó por la Patagonia junto con titanosaurios, cocodrilos y otros terópodos. Una especie absolutamente chilena, y que no se movió mucho de ese sector, a pesar de que en esa época no existía una cordillera que separara al país de Argentina. Un dinosaurio que repleta de preguntas a los paleontólogos del mundo, y por supuesto, que llena de orgullo a su descubridor, Diego Suarez, quien ya es un estudiante universitario. “Es súperemocionante tener un dinosaurio con tu nombre pero lo mejor es que tenga el nombre de Chile”, comentó el chico en una entrevista para la BBC.

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EFE/Sebastían Silva

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Ilustración Gabriel Lío

Así, Diego se fue de “expedición” por unos huesos fosilizados, y al rato, regreso efectivamente con huesos fosilizados, y unos realmente especiales y capaces de cambiar los libros de ciencias naturales. Su padre, Manuel Suárez, llevó esos y otros huesos que encontraron posteriormente en el lugar, a Fernando Novas, un paleontólogo del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia para que los estudiara. Y es ahí, cuando el Período Jurásico volvió a ser un tema de conversación.

El paleontólogo, al revisar por primera vez los huesos, pensó que se trataba de los restos de varios dinosaurios, ya que la mano, cabeza y dientes eran similares a las de los sauropodomorfos (dinosaurios de cuello largo), la pelvis se parecía a la de los ornitisquios (con cuernos), pero el cuello, la espalda y las patas traseras, a las de los terópodos (carnívoros bípedos, como el tiranosaurio). ¿Extraño que estuviesen todos tan cerca no? Pues lo es aún más.

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Luego de más investigación y una visita al terreno el año 2010, donde recolectaron un esqueleto casi completo, lo sorprendió comprobar que se trataba de un sólo dinosaurio, de algo así como 1.60 de alto y 148 millones de años de antigüedad (dentro del Período Jurásico). Fue bautizado en honor a su pequeño descubridor como Chilesaurus diegosuarezi y cambió radicalmente lo que se sabía sobre la evolución de los dinosaurios.

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EFE/Sebastían Silva

“Nos está indicando que la adquisición de caracteres relacionados con el consumo de vegetales y la evolución de los herbívoros fue más común de lo que imaginábamos. Hubo carnívoros que en numerosas oportunidades perdieron su condición de depredadores y se transformaron en herbívoros. Chilesaurus viene a sumar esta información y lo convierten en el primer representante de un linaje totalmente desconocido para la ciencia”, explicó Novas a la publicación de la revista Nature.

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Ilustración Gabriel Lío

En palabras más simples y para hacernos una imagen, es un terópodo (del mismo tipo que los velociraptors y tiranosaurios) que en algún punto de la evolución pasó de ser carnívoro a herbívoro, y además, perdió la condición de ser un ágil corredor. Aún más importante, el primero en hacer este paso, ya que los otros dinosaurios que han evolucionado en esta línea, lo hicieron mucho después, en el Período Cretácico (145 a 65 millones de años atrás).

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Ilustración Gabriel Lío

Un dinosaurio que caminó por la Patagonia junto con titanosaurios, cocodrilos y otros terópodos. Una especie absolutamente chilena, y que no se movió mucho de ese sector, a pesar de que en esa época no existía una cordillera que separara al país de Argentina. Un dinosaurio que repleta de preguntas a los paleontólogos del mundo, y por supuesto, que llena de orgullo a su descubridor, Diego Suarez, quien ya es un estudiante universitario. “Es súperemocionante tener un dinosaurio con tu nombre pero lo mejor es que tenga el nombre de Chile”, comentó el chico en una entrevista para la BBC.

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EFE/Sebastían Silva