Anímate a probarlo y quizás comprendas que a veces nos quejamos demasiado.
Este es el desafío que anda circulando por Internet y qua ha ganado nuevos adeptos en cosa de minutos. Puedes ver el enlace original aquí, publicado por Miguel. Está inspirado en el libro Un mundo sin quejas, de Will Bowen, quien propone una iniciativa novedosa: aguantar 21 días sin quejarse para convertirlo en un hábito. Estuve leyendo al respecto y me convencí de que los beneficios de este reto podían ser increíbles; desde no generar un mal ambiente hasta controlar los pensamientos negativos.
Creo que, si no vas a cambiar un problema enfrentándote a él, al quejarte con otras personas solo consigues que ese problema crezca y se magnifique.
Yo me he propuesto aguantar 24 horas sin quejarme, al menos en voz alta. Y si lo hago… ¡Todo de nuevo! Quiero saber cuánto tiempo tardaré en cumplirlo, porque en general, las quejas salen de mi boca sin siquiera darme cuenta. Me interesa analizar cómo actúa mi mente y cómo el hábito de la queja está tan instaurado dentro de mí que se vuelve automático, inconsciente.
Varias personas a las que se lo he comentado se han unido. Y tú… ¿Te animas a probarlo?