Un padre o madre nunca debería tener que enterrar a un niño, pero la vida nos pone estos desafíos queramos o no. La muerte de un niño parece como algo “fuera de lugar”, “fuera de orden” y equivocado. Cada fibra de nuestro ser llora diciendo “no es justo!”, y realmente no lo es. Pero lo importante es no irnos con el hijo que se nos fue, que es el deseo que nos invade, lo importante es quedarse con los que nos necesitan aquí y ahora.
La manera en que estos padres lograr alivianar su duelo es simplemente emociónate. Disfruten la historia y busquen inspiración en ella.
httpv://youtu.be/ao1rrEKs6KA