Los seres humanos tienen una notable capacidad de luchar. Una y otra vez escuchamos historias de personas que, después de un trauma o de la adversidad, se levantan, ponen las piezas juntas, y siguen con sus vidas.
Pero para muchos, hay algo más allá de la recuperación. Para este grupo, las experiencias más difíciles de la vida incitan no sólo a recuperarse, sino a seguir mirando hacia adelante. Estas son las personas en las cuales David B. Feldman y Lee Daniel Kravetz centraron su atención para su nuevo libro, Supersurvivors (Supersobrevivientes): La sorprendente relación entre el sufrimiento y el éxito. Definen un supersobreviviente como “una persona que ha transformado dramáticamente su vida después de sobrevivir a un trauma, logrando cosas increíbles o influyendo en el mundo para mejor.”
Al contar las historias de aquellos que crearon una mejor vida para sí mismos después de un evento traumático, y teniendo en cuenta las experiencias en el contexto de los últimos estudios científicos sobre el trauma y la recuperación, Feldman y Kravetz descubrieron cinco características claves, que comparten los Supersobrevivientes.
Tienen un sentido de ” esperanza a tierra.”
Mientras que muchos se apoyan en el poder del pensamiento optimista, Feldman y Kravetz argumentan que puede causar más daño que bien. Frases tranquilizadoras como: “Todo estará bien” pueden evitar que veas una experiencia traumática como lo es realmente, y que te impida hacer algo para que la situación esté mejor.
En cambio, los supersobrevivientes adoptan una forma de pensar llamada “esperanza a tierra”, lo que los autores describen como “un enfoque de la vida que implica la construcción de elecciones de cada uno, teniendo una firme comprensión de la realidad.” Esto ofrece una base de estabilidad de la cual los supersobrevivientes pueden preguntarse: “¿Y ahora qué?” en vez de ciegamente asumir que las cosas salgan mejor. Los que son valientes como para hacerse esa difícil pregunta, se ponen a e ellos mismos en el camino hacia el crecimiento personal.
Son delirantes, pero en el buen sentido.
Supersurvivors cuenta la historia de Casey Pieretti, cuya carrera universitaria de baloncesto tiene un final dramático cuando fue golpeada por un conductor ebrio y perdió su pierna derecha. A pocos días del accidente, Pieretti decidió que iba a luchar y salir adelante a través de su rehabilitación para así correr un triatlón dentro de un año.
“Los amigos encontraron que la confianza de Casey en su capacidad de reconstruir su vida era de admirar pero que por otro lado estaba siendo un poco ilusa”, Feldman y Kravetz escriben. “Resulta que eran ambas cosas.”
Sin un poco de ilusión, podemos encontrar que la recuperación es intimidante o incluso imposible.
Están dispuestos a ser ayudados por otros.
Las secuelas del trauma pueden causar que los sobrevivientes se sientan aislados de la gente que más quiere ayudarlos. Pero si puedes permanecer abierto al apoyo de tus amigos y familiares, como resultado, las emociones positivas te harán más fuerte.
“Las personas en nuestras vidas realmente importan”, escriben Feldman y Kravetz. “Muchos estudios han demostrado que los aspectos de apoyo social parecen ser un amortiguador para los efectos emocionales de los traumas y otras circunstancias negativas, ayudando a proteger a algunas personas de síntomas de salud mental que podrían tener si uno no estuviese ahí para apoyarlos.”
La supersobreviviente Amanda Wigal, después de milagrosamente sobrevivir a un accidente grave de navegación, se apoyó en su madre y su prometido mientras trabajaba para recuperarse de su lesión cerebral.
“Cuando le preguntas cómo sobrevivió, como salió hacia adelante y terminó convirtiéndose en más de lo que pensaba que podría ser antes del accidente, ella afirma que se debió a un apoyo social incondicional”, escribe Feldman y Kravetz.
Ellos conocen el poder del perdón.
“Lo realmente triste es que muchos de estos traumas son hechos por el hombre”, afirman Feldman y Kravetz. “La misma gente que amamos y que tenemos cerca, a menudo son los que cometen crímenes e injusticias en contra de nosotros.”
Mientras que este trauma interpersonal puede ser el más perjudicial de todos, trabajando para ir más allá de los sentimientos de odio, la ira y el resentimiento, ayuda a las personas seguir adelante con sus vidas y reconstruir la fuerza interior.
Después de crecer como una refugiada Ruandesa, separarse de sus padres debido a la guerra y de huir a los Estados Unidos con su hermana, la supersobreviviente Clemantine Wamariya, enfrentó inquietantes y devastadores recuerdos. Ella cree que para enfrentar lo que le pasó, tuvo que basarse fundamentalmente en perdonar a los que fueron injustos con ella, su familia y su comunidad.
“Sin perdón no hay esperanza”, palabras del arzobispo Desmond Tutu.
Encuentran fuerza en algo más grande que ellos mismos.
Para muchos supersobrevivientes destacados en el libro de Feldman y Kravetz, la fe es un factor determinante para ayudar a superar los traumas. Algunos sienten que Dios los ha llamado, literalmente, mientras que otros encuentran que un conjunto de creencias ayuda a aliviar el sufrimiento. Sea cual sea su sistema de creencias, estas personas son capaces de aprovechar el poder de una conexión con algo más grande que ellos mismos.
El fallecido activista de derechos civiles estadounidense James Cameron, experimentó su dramática conversión después de haber participado en un robo mortal con dos amigos, siendo testigo del castigo público de los otros dos, pese a los esfuerzos de la policía para prevenirlo, y logró escapar con su propia vida. Él creía que Dios lo salvó para permitirle convertir su sufrimiento, la culpa y la ira en algo que podría hacer que el mundo sea mejor.
“Para algunos, las creencias y las prácticas religiosas son reconfortantes, amortiguan los efectos dañinos, los traumatismos y ayudan al crecimiento personal”, escriben Feldman y Kravetz. “La fe parece ayudar a las personas a enfrentarse y luchar por que vengan mejores días, incluso cuando la lógica dicta lo contrario.”