¿No solías hablar? ¿Nunca saliste cuando estabas en el colegio? Eras tan introvertida.
La palabra sale de sus bocas, mordiéndome con sus insinuaciones y connotaciones. Es una burla, un golpe, un insulto que cae en algún lugar entre “socialmente inepta” y “perdedora.”
Lo que me gustaría decirle a mis compañeros de colegio, con los cuales solía rehusarme a conversar sobre partidos de fútbol y fiestas, es que no era tímida; solo no me gustaba hablarles.
Al contrario de sus visiones distorsionadas de mi vida, no pasé mis días de adolescente con los labios cerrados. No me sentaba a la mesa a la hora de la cena con mi familia callada e incómoda. No ignoraba a mis amigos o me rehusaba a responder sus llamadas.
Salía. Contaba historias y chistes y conversar de tonterías. Me gustaba ser divertida y ruidosa y pasarlo un buen rato. Me gustaba ser espontánea e imprudente. Amaba pasarlo bien… solo que no me gustaba tener todo eso con ellos.
Existe esta horrible connotación de la palabra “introvertido”; al igual que en el colegio, todos usan el término como algo negativo, simplemente porque no lo entienden. No entienden por qué no querrías ser el centro de atención, o por qué no dirías en voz alta cada pensamiento que pasa por tu cabeza.
No entienden por qué preferirías quedarte en casa que pasar una noche fuera con gente que no te hace sentir bien. No entienden por qué elegirías tan cuidadosamente a quién dejas entrar en tu pequeño mundo.
La gente ha tratado de definirlo, diagnosticarlo y ponerle una etiqueta, incluso creando terminología médica, síntomas y definiciones que se supone categoricen a estos individuos únicos.
El Diccionario de la Real Lengua Española define introvertido como persona “que tiende a encerrarse en sí mismo y tiene dificultades para manifestar espontáneamente sus sentimientos y pensamientos.”
En la teoría de los tipos psicológicos de Carl Jung, él categoriza a los introvertidos como gente que está feliz sola, con mucha imaginación y tendencias artísticas. Con frecuencia son distantes con la sociedad y, por consecuencia, son malinterpretados. Jung los define como personas que le dan importancia a su vista subjetiva del mundo y que pueden tomar decisiones basadas en creencias establecidas internamente.
Los introvertidos son así porque son internos. Son reservados porque son pensativos. Están callados porque están escuchando. Por esto se convierten en artistas y escritores, creadores e inventores.
Un estudio por The Gifted Deveolpment Center (Centro para el Desarrollo de los Dotados) reporta que el 60 por ciento de los “niños dotados” son introvertidos, comparado con el 30 por ciento de la sociedad que se considera son “dotados.”
El Centro reporta,
La introversión está correlacionada con la introspección, reflexión, la habilidad para inhibir la agresión, sensibilidad profunda, desarrollo moral, altos logros académicos, contribuciones académicas, liderazgo en campos académicos y estéticos en la vida adulta, y un paso más suave por la mediana edad.
Los introvertidos son las personas que no sienten la necesidad de pasar cada minuto de sus vidas rodeados de otros para no sentirse solos. Son las personas que crecen para ser adultos balanceados y líderes independientes.
Al contrario de sus contrapartes extrovertidas, los introvertidos encuentran consuelo en su propia compañía y no necesitan amistades superficiales para llenar un vacío. Están contentos con sentarse con sus propios pensamiento, independiente de lo que aterradores e incómodos que puedan ser.
El Centro para el Desarrollo de los Dotados también reporta que la introversión es malinterpretada por los adultos que usualmente tratan de corregir el “comportamiento.”
Tal como el desorden de bipolaridad o el ADD, la introversión ha sido tergiversada y maldiagnosticada por años, con la sociedad desdeñando y condenándola como una función de la personalidad que no entienden.
En el 2011, la Asociación Psiquiátrica Americana (American Psychiatric Association) ha peticionado que se incluya la introversión en Manual de Diagnostico y Estadística (Diagnostic and Statistical Manual DSM-5), considerándola como un desorden de personalidad.
Solo porque los introvertidos preferirían estar en su habitación – con sus pensamientos, en su mundo – no significa que haya algo malo con ellos. Solo porque preferirían estar solos, no significa que sean problemáticos; a veces solo significa que no les caes bien.
Odian dejar su propio mundo
Los introvertidos son usualmente muy espirituales. Son introspectivos y reflexivos, con una tendencia a disfrutar su propio mundo más el de cualquier otra persona. En su planeta, están cómodos, seguros y en paz.
Ser un extraño en el mundo de otra persona es con frecuencia aburrido, incómodo o incluso una pérdida de tiempo donde se pasan deseando estar de vuelta en su propio planeta. De acuerdo con Jung, la fortaleza y debilidad de los introvertidos es su tendencia a disfrutar la soledad por sobre la interacción.
Disfrutan de sus propios pensamientos más que de los tuyos
De acuerdo con Jung, los introvertidos no buscan aprobación externa, si no que su propia “aprobación subjetiva.”
Los introvertidos están obsesionados en gran medida con cumplir sus propias metas y llevar a cabo sus pasiones. Están en armonía con sus deseos más profundos y tienen la tendencia de darle más importancia a sus propios estándares que a los de los demás. El que te importe tu propia opinión más que la del resto es con frecuencia visto como arrogante y pomposo.
Les cuesta mucho encontrar gente que les guste
La introversión es un tipo de personalidad. Es un espectro que incluye ciertas tendencias y características que solo la gente de ese lado posee. Los introvertidos, como los extrovertidos, tienen personalidad fuertemente desarrolladas que atraen a ciertos tipos de personalidad.
Sin embargo, como los introvertidos frecuentemente encuentran la felicidad en sus propias mentes, encontrar la compañía de alguien que disfruten tanto como la suya puede tomarles muchos años. Son selectivos con la gente que incluyen en sus pensamientos y con la que comparten su “tiempo a solas.”
A los introvertidos les gusta la gente que comparte las mismas ideas y pasiones que ellos, y que hagan su auto-reflexión más interesante. Los introvertidos son el tipo de persona que preferiría estar cerca de una sola buena mente a estar con 100 vacías.