Por Bárbara Samaniego
18 febrero, 2015

Sus muñecas -sin maquillaje y con ropa hecha a mano- están revolucionando la industria de juguetes.

Hace días publiqué un post que cuestionaba cómo se verían las Bratz Dolls sin tanto maquillaje (que puedes revisar aquí). Y la diferencia era tan sorprendente, que muchos de ustedes pusieron en duda que las muñecas “rescatadas y rehabilitadas” fueran, efectivamente, Bratz. Hoy quiero presentarles a la artista que recolecta muñecas usadas en tiendas de segunda mano. Ella las limpia, las peina, les quita el maquillaje y les confecciona ropa de calidad, con un resultado realmente precioso. Sus muñecas están causando furor entre las más pequeñas, quienes dicen sentirse identificadas con ese look tan amigable y acogedor:

httpv://youtu.be/nZqCFIjQWtc

Lo que comenzó como un mero pasatiempo, hoy ha alcanzado cobertura mundial. Y si bien la artista niega haber realizado este proyecto con un fin crítico, es indudable que el resultado pone sobre la mesa temas tan importantes como la hipersexualización de los juguetes para niñas y el uso indiscriminado de estereotipos femeninos. Según sus propias palabras: Yo no fabrico muñecas, y no me interesa dedicarme a eso. Pero si lo que he hecho tiene influencia sobre alguna de las grandes compañías de juguetes, para que replanteen el tipo de muñecas que sacan al mercado, no lo vería como algo negativo.

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