En Sudáfrica, como en gran parte del mundo, los delitos tanto sexuales como violentos son en su mayoría cometidos por hombres.
La asociación cotidiana entre la masculinidad y la violencia es un hecho, al cual el autor Dr. Jackson Katz se refiere como la construcción de la “masculinidad violenta como una norma cultural,”, concepto que sólo contribuye al problema. Éste vínculo peligroso normaliza la violencia, dejando al hombre como un ser agresivo, pasando por alto a los muchos hombres que no encajan en este estereotipo oscuro: aquellos que son padres, maestros, maridos, los cuales constituyen inspiraciones para muchos.
Durante los últimos tres años, la fotógrafa con sede en Sudáfrica Jodi Bieber ha luchado contra la conexión entre la masculinidad y la agresión. Su trabajo consistió en encontrar y fotografiar a los hombres que no encajan con este estereotipo. La serie resultante, titulada “Quiet”, presenta una visión de la masculinidad dejando de lado todo su machismo y la fuerza bruta. Lo que queda es la vulnerabilidad suave que vive por igual en todos los seres humanos, sin importar su sexo.
“Le pedí a amigos, colegas y conocidos que me presentaran hombres; ellos colaboraron conmigo en la creación de retratos tranquilos. Les pedí que posaran con su ropa interior, para que así se desvincularan de su protección y que el espacio fuera su lugar de confort”. Luego de aproximadamente tres horas de conversación la fotógrafa va logrando que estos personajes se despojen de sus armaduras invisibles y así también de las visibles: la ropa.
Las imágenes resultantes, suaves y tranquilas, capturan un lado de la virilidad que no se propaga a menudo en la cultura dominante. “Este trabajo debe abrir el espacio para que los hombres y los niños se vean a sí mismos en distintas representaciones, distintas a las que estamos acostumbrados a ver,” −Bieber continuó−. “Si vemos constantemente a los hombres como a los agresores nunca dejarán de serlo en nuestra cultura.”
Ella también le pidió a cada uno de sus sujetos que respondieran a una sola pregunta: “¿Quién eres en el mundo?” Sus respuestas van desde ocupaciones y roles familiares hasta “contador de historias” o “uno en un millón.” Las diversas respuestas dejan muy en claro que la masculinidad no se entiende de una sola forma.
Las obras de arte de Bieber permiten la coexistencia de la masculinidad y la vulnerabilidad. La artista espera que las imágenes sirvan de ejemplo a otros hombres que buscan desligarse de los prejuicios. “Si cada vez a más hombres se les permite ser ellos mismos sin las presiones sociales de lo que es ser un hombre y no se agrupan en este marco, entonces tal vez el ciclo de la violencia de una generación a otra pueda romperse, o al menos ser perturbado”.
Visto en Huffington Post, Creativesjoint.