Inspirado en sus viajes, en la arquitectura y en la ajetreada vida urbana, Cornet construyó manualmente una serie de asombrosas pinturas que muestran una intensa atmósfera citadina, en la que se esconden cientos de peculiares personajes y situaciones.
Le tomó 150 horas dibujar cada ilustración, empezando desde la esquina inferior izquierda a la derecha, subiendo, tal cómo lo hace una impresora, para lo que utilizó tinta negra, plumas y marcadores a base de alcohol y acuarela.
Es realmente impresionante la habilidad que tiene este artista para crear mundos en miniatura tan detallados y elocuentes, haciendo imposible que uno no se quede hipnotizado y atrapado en cada una de las historias y situaciones que arman estas magníficas ciudades.
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