El artista británico William Utermohlen fue diagnosticado con la enfermedad de alzheimer el año 1995. Para sorpresa de muchos, Utermohlen decidió documentar la progresión de su enfermedad a través de la creación de una serie de autorretratos hasta que ya no recordó más su rostro. La proyección de tristeza y soledad que proyecta su obra es evidente, demostrando a la perfección lo desoladora que se puede volver la enfermedad.
La viuda del artista declara: “En estas imágenes podemos ver con el corazón roto, los esfuerzos de William para explicar su “yo” alterado, sus miedos y su pena”.
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