Maquillarse se ha convertido en un ritual de belleza básico entre las mujeres jóvenes. La mayoría de ellas crece mirando cómo sus madres pasan importantes momentos del día aplicándose distinto tipos de colores y texturas que transforman sus rostros en lo que para ellas podría ser el rostro de una princesa o de las mujeres que salen en la televisión y revistas.
Para algunos, la mujer que no se pinta no es “tan mujer” cómo la que si lo hace, y es ahí donde entra un gran paradigma: Los cánones de belleza femenina están dictaminados y globalizados por los medios.
La fotógrafa canadiense Elly Heise decidió confrontar las ideas de belleza, femineidad y expresión personal en sus serie #Daughterdoesmymakeup, la que muestra a pequeñas niñas aplicando maquillaje a sus madres. El hastag del título refiere a los retratos que están en línea, más conocidos como “selfies” y cómo estos pueden ser catalogados como claros signos de narcisismo y vanidad.
Para crear una nueva forma de expresión de belleza y de apariencia, Heise invita a las niñas y a sus madres a ir a su estudio y permitir que las chicas pinten las caras de su madres tal cual les nazca en el momento.
Esperamos que surjan más iniciativas conscientes cómo esta y que así haya más variedad y aceptación en el mundo.
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