Es increíble todo lo que puedes llegar hacer a partir de elementos que las personas botan usualmente a la basura. El artista Igor Verniy nos demuestra de forma espléndida como esto es posible, a través de sus imponentes esculturas construidas de un montón de chatarra, cadenas oxidadas de bicicletas y cubiertos viejos. Su obra es bastante inusual, dentro de la cual las aves marcan pauta a través de sus subversivos y distinguidos atuendos.
Un punto de distinción de sus esculturas es su posibilidad de movimiento, muchas de estas están hechas con decenas de piezas móviles o ajustables que permiten que cada una de ellas sea capaz de adoptar distintas posiciones, siendo una escultura plenamente articulable.
Agradecemos las creativas iniciativas de cada uno de los que se atreven a transformar desechos que hacen daño al planeta en verdaderas obras de arre que lo embellecen.
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