Lo que más me gustó fue lo que hizo al interior.
Para algunos la construcción de una pequeña casa es una forma de garantía financiera: algunos pueden vivir en ellas como residencias sin la necesidad de pagar hipotecas mientras que otros propietarios las diseñan como segundas residencias para alejarse de todo el mundo. Para el graduado de la Universidad de Columbia Británica del Norte, Geoff de Ruiter, la construcción de su pequeña casa casa del árbol era un paso hacia la estabilidad mientras lograra la suficiencia y reutilización de materiales.
De Ruiter ha bautizado su pequeña casa “The Raven Loft” (La casa del cuervo), que cuenta con un altillo de dormitorio, una pequeña sala de estar y cocina gracias a la abundancia de cuervos. Además hay que destacar que está armada con una mezcla de materiales reciclados y nuevos.
Gastó en total $8 mil dólares en la construcción y tuvo un poco de ayuda de sus amigos. Utilizó pernos para afirmarla y cada uno cumple su función de sostenerla. Para la calefacción utiliza una placa en base a electricidad, 2 bombillas de 100 vatios y 6 velas . Pero en un gesto que demuestra que ningún hombre puede ser una isla, de Ruiter tiene un acuerdo amistoso con sus vecinos que le han permitido usar un cable de electricidad conectado a la casa de ellos, a cambio de $20 dólares mensuales. Aunque no hay ducha en la casa del árbol, de Ruiter dice que es una excusa perfecta para que él salga de la casa y se bañe en el puerto local deportivo a pocos pasos de distancia.
Visto en Tree hugger.