Existen más obras de arte de las que conoces pero no las encontrarás en museos.
Todo esto comenzó cuando vi en Slate que el artista francés Julien de Casabianca, visitaba el museo Louvre y de repente un retrato le llamó la atención: “Vi a una mujer joven en una pintura abandonada en la esquina y se veía que estaba aburrida”. Fue entonces que tuvo un impulso al estilo de príncipe azul y quiso liberarla del castillo para darle una segunda vida.
Fue así como nació “Outings“, un proyecto participativo a nivel mundial que tiene como objetivo ampliar el alcance de las bellas artes. Este anima a la gente a fotografiar las obras de arte que ofrecen los museos locales, para luego imprimirlas y pegarlas en las paredes de los pueblos o ciudades. El proyecto ofrece un número limitado de becas disponibles para ayudar con los costos de impresión y así los participantes pueden fotografiar sus publicaciones y presentarlas en la página web.
Hasta ahora este movimiento se ha extendido a más de una docena de ciudades, sobre todo en Europa, pero también en Islamabad, Pakistán, Kingston y Tasmania. También se puede apreciar en Chicago, Portland y Oregón.
Al centrarse en las obras menos conocidas con sujetos anónimos, Outings destaca obras de arte que de otro modo se pasaron por alto en las galerías. Además estas obras antiguas de la gente común, cuyas historias se han perdido, es menos probable que quede alguien vinculado por los derechos de autor: “Hemos visto suficientemente los éxitos de taquilla del arte y no nos estamos fijamos en las obras menores olvidadas en la esquina. Es más interesante darle vida a un trabajador pintado en el siglo 17 que a un rey”, dijo Casabianca. Hoy no se detendrá y cada vez se va conociendo más su proyecto, sin duda la motivación y su amor por el arte han dado frutos.