¿Qué es la única cosa más cool que un castillo escocés? Un castillo escocés cubierto con un psicodélico grafiti, obviamente.
Permítannos introducirles el Castillo Kelburn, una construcción del siglo XIII ubicado a 56 kilómetros de las afueras de Glasgow. Como se habrán dado cuenta, tiene una fachada bastante inusual. La vivienda real fue rediseñada por artistas callejeros brasileños el 2007, cuando el Conde de Glasgow, Patrick Boyle, supo que había que remover un enlucido de cemento que había sido añadido en los ’50. Como petición de su hijo, decidió pintar la fachada antes de su extracción. Reunió a los artistas Nina Pandolfo, Nunca y Os Gêmeos para cubrir el castillo con diseños caricaturescos y cromáticos que hacían girar todas las cabezas de la gente que pasaba por el lugar.
Fue una movida artística sin precedentes que fusionó lo efímero de lo cultural urbano del arte callejero, con lo tradicional del permanente y rural castillo, creando una paradoja atemporal de la belleza visual.
El trabajo originalmente tenía permiso para estar solo tres años, pero debido a su impacto, su popularidad que perdura y la devoción del Conde, el grafiti ha podido seguir vanagloriándose. Desafortunadamente, una inspección en 2012 reveló que el cemento estaba causando daños a las paredes originales del castillo y que por lo tanto, tenía que ser removido, según la BBC. Seguramente van a quitar el grafiti el verano de 2015, pero todavía hay esperanzas. Los dueños del castillo son el Conde y su hijo David, a quienes se les ocurrió la brillante idea de hacer un concurso para arquitectos y diseñadores para crear visuales igual de sorprendentes en el exterior del castillo; y que no lo dañen.
Así que, si alguna vez soñaste decorar un castillo medieval con un estilo artístico contemporáneo y callejero, estas es, probablemente, la única oportunidad. Sin importar que pase, lo mejor que puedes hacer es comprar un pasaje a Glasgow para ver este raro tesoro del arte callejero, antes de que desaparezca.
Visto en Huffingtonpost