Es la mezcla perfecta de arte hecha por el hombre y la naturaleza.
Este artista experimental se llama Tomas Libertiny y no lo pensó dos veces cuando quiso unió fuerzas con 60 mil abejas, para crear esta espléndida escultura de una tetera de cera y metal.
Con la luz del sol filtrándose a través de la alegre cera amarilla, la pieza se ve como una invitación a disfrutar de la generosidad de la naturaleza. Como director creativo del proceso, él colaboró con los apicultores (quienes trabajan con abejas) holandeses, para guiar a los insectos.
Libertiny señaló que su trabajo consistía en “crear un objeto frágil y valioso como una perla. Esto toma tiempo, y el tiempo de creación da valor”. La escultura fue encargada por un fabricante francés, como parte de una campaña de publicidad única.
Visto en Mymodernmet.