Por Macarena Salinas
26 noviembre, 2014

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¡La innovación en el mundo de las esculturas ha llegado a otro nivel! Ya no son sólo los humanos los que construyen grandiosas esculturas, sino que les llegó competencia: Las abejas se abren campo en esta exclusiva expresión artística.

En Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo la población de abejas ha caído en un 30-50%, llegándose a provocar un colapso y desorden de las colonias. Este hecho no pasó desapercibido para la arista Aganetha Dyck quien ha estado trabajando por años con las industrias de insectos para crear delicadas esculturas usando como soporte figuras de porcelana, zapatos, equipos deportivos y entre otros.

El proceso consiste en armar un espacio especial para las abejas, donde se ubican los soportes para que estos alados insectos entren en acción. A medida que pasan las semanas y los meses la cera de las abejas va transformando y entregando un valor especial a los ordinarios objetos. Es prácticamente imposible mirar a las peculiares piezas finales sin asombrarse y sonreír, imaginando como las abejas construyen estas magníficas piezas de arte sin saberlo.

Dyck nos lleva abrir los ojos y a conocer como es que el mundo de las abejas y el de los humanos, teniendo cada uno formas de vida radicalmente distintas, se unen y se entrelazan a través de algo tan valioso como lo es el arte.

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Visto en Aganethadyck.ca

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