Por Bárbara Samaniego
17 abril, 2015

Cuando el diseño, la caridad y el sentido práctico se unen en una sola creación.

A veces, una idea muy simple puede cambiar millones de vidas. Ese es el objetivo del zapato que crece, una sandalia con un tamaño ajustable, que permite a los niños más pobres crecer tranquilos, sin tener que ir descalzos. El invento, de Kenton Lee, viene en todos los tamaños, pueden crecer hasta 5 tallas y asegura una duración de al menos 5 años.

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En la actualidad, hay más de 300 millones de niños que no tienen zapatos. Y un sinnúmero más con zapatos que no corresponden a su talla. Su diseño podría ayudar a muchos:

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Los niños, al andar sin zapatos, son susceptibles a lesiones y parásitos, sobre todo en áreas más vulnerables. Y aunque la caridad humana sí que existe y muchas veces reciben donaciones de zapatos, que se ajusten a la talla indicada de cada niño es complicado. E incluso cuando lo hacen, estos pronto les quedan demasiado pequeños.

Es por eso que la idea de Kenton es tan buena, práctica y fácil de usar:

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Ingresando al sitio, puedes comprar un par. O si prefieres, hay paquetes que te permiten comprar y enviar zapatos a los países que más los necesitan.

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