¡Me alegro por sus padres!
Esta historia es para no creerla, ya que este niño tenía nulas posibilidades de vivir, pero aún así le hizo frente a la adversidad y logró nacer y desarrollarse normalmente.
Los doctores le habían recomendado a Mahiri, su madre, que abortara.
Esto debido a que sus datos verificaban que era un feto inviable. Sin embargo, a las 20 semanas de gestación ella rompió aguas y le dijo a los médicos que no iba a hacer lo que sugerían. El parto fue muy duro y Jett Morris nació pesando tan sólo 624 gramos.
Autor desconocido, ayúdanos a encontrarlo
Jett Nació en el hospital East Surrey de Londres, para los padres fue muy duro tomar la decisión; no querían abortar si es que aún existía la mínima posibilidad de que su pequeño podía vivir. La pareja incluso llegó a enfadarse con los médicos, ya que éstos insistieron en que la madre debía abortar a toda costa, aunque siempre pensando en la seguridad de ella y basándose en los datos que manejaban. “Entiendo que los médicos tienen que decirte el peor de los casos y deben ser duros, pero no hay dos personas en este planeta que sean exactamente iguales y los médicos no dieron ni una oportunidad a Jett”.
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El parto tuvo que ser en una sala especial, ya que debido a lo frágil que venía el niño, necesitaban de los instrumentos más tecnológicos. Jett no murió al nacer, tampoco tuvo problemas cerebrales, de hecho hace poco tiempo cumplió un año de vida y sus padres lo celebraron a lo grande. La familia está feliz de haber logrado vencer todos los desafíos y esperan que siga siendo un niño alegre y con buena salud por mucho tiempo más.
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