¡Y no cuesta nada decirla!
Recuerdo vívidamente aquel momento en que mis padres me hicieron pasar el primer bochorno de mi vida. Surgió cuando un amigo de la familia me regaló una barra de chocolate; el regalo me encantó, pero acto seguido mis padres me hicieron una vergonzosa pregunta: ¿hijo, cómo se dice?
En el momento no comprendí la enorme importancia y las grandes repercusiones que tendría la respuesta de esa pregunta en mi vida adulta, pero les agradezco inmensamente a mis padres el hacerme pasar por ese vergonzoso momento. Esta simple enseñanza es la herramienta que llevo conmigo a todos lados: citas de negocios, reuniones con amigos, compras en la tienda, etc. Es una herramienta indispensable y útil, que representa mucho más que un protocolo social, y que contiene poderes sobrenaturales para crear sonrisas. El simple hecho de decir ‘GRACIAS’ puede transformar un momento, y por ende, el mundo.
Según una investigación reciente, realizada por los profesores Robert A. Emmons (Universidad de California) y Michael E. McCulloug (Universidad de Miami) existen razones para creer que las acciones de gratitud podrían estar asociadas con la felicidad y el bienestar de las personas. La palabra gracias, es derivada del latín gratĭa, y significa manifestar el agradecimiento. Según el sicólogo clínico Paul PruyserTodos, los derivados de su raíz latina tienen que ver con la bondad, generosidad y la belleza de dar y recibir sin esperar nada a cambio.
Nadine Juno
Debemos recordar que en la palabra hay energía acumulada por el sentimiento humano y la misma se expande cuando la palabra se expresa de forma verbal o escrita, creando un efecto dominó en todos los valientes que se atreven a decirla, escucharla y repetirla. Como aquel niño avergonzado, todo gran cambio en el mundo comienza con un simple: gracias.