Por Ignacio Mardones
3 julio, 2015

Estoy feliz por ella. 

Esta pequeña niña fue quemada por un niño que le arrojó una lámpara de aceite y luego encendió un fósforo. Este acto de maldad provocó que se rostro quedara desfigurado. La piel de su cuello quedó tensa y se le volvió muy complicado mover la cabeza, tal era la gravedad de la deformación que la niña ni siquiera podía mirar hacia el cielo. Sus padres estaban preocupados, tanto por su salud como por su felicidad. Sabían que, dentro de su cultura y ese estado, no podrían casarla ni tampoco podría tener vida social como cualquier otra niña, ya que era discriminada en la escuela.

Afortunadamente, un bondadoso doctor se animó a ayudarla, aquí puedes conocer su historia y el resultado de la operación:

httpv://youtu.be/X4aYR03dgh0

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