Ella tuvo un gran corazón.

Arthur Booth, de 49 años, estaba siendo juzgado en la corte de Miami en EE.UU puesto que era sospechoso de robo. En plena audiencia, la jueza Mindy Glazer, quién llevaba el caso, lo reconoció: habían sido amigos en la escuela mucho tiempo atrás. Cuando el hombre descubrió quién era la persona que lo estaba juzgando, no pudo contener las lágrimas:

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Al fina,l la jueza le dio libertad bajo fianza por 43.000 mil dólares, demostrando compasión y perdón por quién fuera su amigo. ¿Crees que su actitud fue la correcta? ¿Habrías esperado mayores cargos?

Personalmente, cosas como estas solo me hacen reflexionar sobre las vueltas de la vida. De hecho, no puedo evitar recordar la canción de Omar Geles: “Los caminos de la vida, no son los que yo esperaba, no son los que yo creía, no son los que imaginaba”.

¿Quién le habría dicho, 10 años atrás, que se encontrarían en un tribunal?

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