Si las películas tienen algo que decir al respecto, la gente atractiva usualmente también es la más pesada, mientras que los chicos buenos son los que no pueden conseguir una cita. Pero de acuerdo a un alentador nuevo estudio, una personalidad atractiva podría ser uno de los factores más importantes en la belleza que se percibe. En otras palabras, ser una buena persona podría hacer que la gente te perciba como más atractivo.
Un nuevo estudio reciente, liderado por Yan Zhang de la Universidad Huazhong en China y publicado en edición de Noviembre del 2014 de Personalidad y Diferencias Individuales, descubrió que características de personalidad positivas incrementan las percepciones de lo atractivo facial.
Los investigadores probaron con 120 participantes hombres y mujeres chinos, divididos al azar en tres grupos. Le pidieron a cada participante que le pusiera nota a 60 fotos de mujeres chinas desconocidas haciendo caras neutrales. Dos semanas después, los participantes le pusieron nota a las mismas fotos, pero esta vez, un grupo recibió descripciones positivas de sus personalidades, como amabilidad y honestidad, junto con las fotos. El segundo grupo vio las mismas fotos, pero junto con ellas recibieron descriptores negativos de personalidad (como pesadez o deshonestidad). Al grupo de control se le mostró las mismas fotos sin ningún descriptor de personalidad.
Los tres grupos habían puesto similares notas de atractivo en la primera ronda. Pero en la segunda, cuando se agregaron los descriptores, el grupo que recibió las mismas fotos con descriptores positivos de personalidad puso las mayores notas, mientras que el grupo con los negativos puso notas peores que las de los grupos positivo y de control.
“Podemos ver que ‘lo que es bueno es hermoso,’ con la personalidad reflejando características deseadas como atractivo facial,” escribieron los investigadores. “Este fenómeno también puede llamarse ‘efecto halo.’ Podemos entonces asumir que las características personales pueden contribuir al juicio del atractivo facial, y que las características personales deseadas en una persona se reflejan es sus preferencias faciales.”
El estudio de Zhang es parte de una investigación creciente en el link entre personalidad y atractivo físico. Un estudio del 2010 descubrió que la amabilidad puede influenciar el tipo de cuerpo que una persona encuentra atractivo. Un grupo de 2.000 participantes hombres criticó fotos de un grupo diverso de mujeres, estando de acuerdo en una definición muy limitada de lo que se llama ‘atractivo’ corporal. Pero en un segundo experimento, al agregar información de personalidad positiva sobre las mujeres en las fotos, una variedad mucho más grande de tipos de cuerpo fueron percibidos como atractivos por el grupo.
“Desde un punto de vista evolucionario, hay muchas maneras de demostrar buena forma física y valor de pareja, lo que ciertamente se extiende a los dominios mentales y de comportamiento,” dijo en un email a The Huffington Post Scott Barry Kaufman, profesor de psicología de la Universidad de Pensilvania que no estaba involucrado en el estudio. “Ser capaz de evaluar con precisión el contenido del carácter de una persona puede ser más importante para la supervivencia y la reproducción que evaluar el constitución física de alguien. Después de todo, es más probable que un psicópata físicamente atractivo dificulte la propagación de genes sanos que una persona que es físicamente atractiva basada más en su personalidad sexy.”
Por supuesto, el nuevo estudio tiene algunas limitaciones, y no debería por ahora ser tomado como evidencia concluyente de nuestra tendencia psicológica de igualar bondad y belleza. El estudio solo trabajó con un pequeño grupo dentro de una demográfica muy estrecha de mujeres chinas entre los 20 y 30 años de edad, explicó Kaufman, quien analizó el estudio para HuffPost. Y la investigación no abordó el mecanismo por el cual la gente asocia el atractivo a la personalidad.
“Sin embargo, espero ver más investigaciones que sigan por la línea del efecto que tienen los factores cognitivos y de personalidad en la percepción de lo atractivo,” concluyó Kaufman.