¿Por qué ciertas culturas indígenas no sufren de dolor de espalda?

¡Este es un asombroso descubrimiento!

¿Quién no ha sufrido alguna vez dolor de espalda? Es uno de los dolores más comunes en la sociedad occidental, por lo que resulta casi imposible creer que existen pueblos en el mundo que desconocen el significado del concepto “dolor de espalda”.

Así lo demuestra la experta en postura y apucunturista, Esther Gokhale, que durante dos décadas se dedicó a investigar a las culturas alrededor de todo el mundo que tienen un bajo índice de dolor de espalda. Recorrió las montañas en Ecuador,  fue a diminutos pueblos de pesca en Portugal, a tribus en medio de la India, y a aldeas remotas de África Occidental.

Gokhale realizó un extenso registro. Tomó fotos y grabó múltiples videos de estas personas caminando con cubos de agua sobre sus cabezas, recogiendo leña o sentadas con un tejido en el suelo durante horas; y llegó a una sorprendente conclusión: todas estas culturas tenían algo en común. ¿La clave? Una columna vertebral que se mantenía plana y  se curvaba al llegar a los glúteos, una columna con forma de “J”.

También se dio cuenta de que este tipo de columna se encontraba presente en dibujos antiguos, como los que hizo Leonardo da Vinci de la anatomía humana, o en las esculturas griegas y romanas, e incluso en los niños pequeños.

Escultura de broce Poseidón o Zeus 460 DC. Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
Fuente

Pero este tipo de columna no se encuentra presente en las personas de occidente. Según Gokhole, la columna vertebral de las personas occidentales, difiere mucho de una “J”. Vista de perfil parece una “S”: se curva en la parte superior y luego da vuelta otra vez en la parte inferior.

Y entonces, ¿por qué una “S” y no una “J”? El  primer enemigo de la columna en forma de “J”, es el sobre peso que tienen los occidentales. Tienen una gran cantidad de grasa acumulada en el abdomen, lo que produce que éste se vaya  hacia adelante, curvando la espalda, y produciéndose así una columna con forma de “S”.

También, las personas occidentales son mucho menos activas que las personas de culturas tradicionales. Este estilo de vida sedentario promueve la falta de tono muscular, lo que produce una desestabilidad en la postura.

Gokhale también critica la manera en que caminamos: dice que lo hacemos poco y mal. Las personas que pertenecen a culturas tradicionales caminan muchísimo para movilizarse, y muchas veces lo hacen con recipientes sobre la cabeza, lo que las obliga a mantener una postura muy erguida.

No se trata de que comencemos a llevar recipientes con agua en la cabeza. Gokhale quiere que seamos más activos, que hagamos más deporte y llevemos una vida menos sedentaria, para así reforzar la musculatura de la espalda y recuperar la forma de “J”, evitando así el sufrimiento que produce el dolor de espalda…

Porque al menos para mi, sí que es un sufrimiento.

¡A hacer ejercicio se ha dicho!