No es una elección, es una enfermedad como cualquier otra.
Cuando murió el actor Philip Seymour Hoffman debido a una sobredosis de drogas, los medios criticaron y desmoralizaron mucho el motivo de su muerte. Por lo que un experimentado investigador de abuso de sustancias, A. Thomas McLellan, Ph.D, decidió escribir sobre esto. McLellan comenta que la adicción es una enfermedad como cualquier otra que se origina debido a un cúmulo de factores biológicos, conductuales y ambientales. Pero por alguna razón esta enfermedad sigue inspirando un prejuicio socialmente aceptable que simplemente no es apropiado ni el adecuado.
McLellan no solo es un experto en la parte teórica del tema ya que ha dedicado toda su vida a la investigación y estudio de esta enfermedad tratando de encontrar respuestas y soluciones, sino que además el tema lo toca en lo personal, porque su hijo menor murió debido a una sobredosis. Es por eso que lo impresiona tanto cuando la gente juzga con tanta liviandad a las personas que sufren esta enfermedad. Cuando murió el actor, un periodista lo fue a entrevistar como fuente experta en el tema y le comentó “qué pedazo de persona más débil”. McLellan quedó impresionado por el comentario vago, sin fundamentos e ignorante del periodista.
Pero como él hay muchos que hablan sin saber del tema. Morir de una sobredosis de heroína no te hace un inmoral. Beber un trago después de 20 años sobrio, no te hace débil. Tener una adicción no es una opción. Sí es una acción voluntaria la primera vez, pero no una vez que eso se vuelve en una adicción, ahí pasa a ser una enfermedad.
El investigador se pregunta cómo la prensa habría reaccionado si Hoffman hubiera muerto de otra enfermedad que haya tenido que luchar durante 23 años como el cáncer. Seguramente los medios lo habrían puesto como un ejemplo de valentía y un ícono para quienes padecen esta enfermedad, al darles fuerzas para seguir adelante por todo el tiempo que él habría luchado. Pero, eso no sucedió y Hoffman murió de una adicción que tuvo durante 23 años y que luchó día a día por recuperarse. ¿Por qué los medios no resaltan esta lucha heroica? ¿Por qué no hay campañas que celebren que día a día muchas personas combaten estas batallas y se mantienen limpios y sobrios?
McLellan concluye con que la ciencia es igual de fuerte en el caso de las adicciones, por lo que es hora de que los medios de comunicación y las personas se informen de estas enfermedades antes de juzgar como débiles a quienes las padecen. Porque hay mucha gente talentosa y extraordinaria que tienen adicciones y que batallan en silencio para luego morir en la sombra de la vergüenza.